miércoles, 17 de agosto de 2022

¿EXISTIÓ EL IMPERIO  

GUÁNUCO – YARUVILCA?

DPTOS. HUÁNUCO, PASCO, ANCASH, LA LIBERTAD,

CAJAMARCA AMAZONAS, SAN MARTIN Y

1,100 AL 1,450 ne. – Intermedio Tardío.

Parte 2

Esta parte contiene el debate inconcluso acerca del intrigante y apasionante tema de si los yarovilca, los guánuco y los huamalíes constituyeron un imperio que habría dominado la Sierra Centro Norte y parte de la Alta Amazonía Nororiental, aunque solo por 250 años. Por ahora, el tema está pendiente como “misterio sin resolver”. 

1.      LA SORPRENDENTE ARQUITECTURA

Sin lugar a dudas, lo más notable de los pueblos yarovilca fue su arquitectura. Levantaron edificios de piedra canteada con argamasa de barro, con diseños arquitectónicos singulares y extraordinarios, sin comparación en el territorio peruano. Tenían plantas rectangulares, cuadradas, circulares y en forma de letra D, con varios pisos, ventana y, lo más sorprendente: desarrollaron el TECHO DE PIEDRA DEL TIPO FALSA BÓVEDA, no registrado fuera de su área de influencia, en ningún otro sitio en el Perú y América. Los incas, grandes manejadores de la piedra no hicieron techos sólidos. Solo usaron paja de ichu sobre tijerales y vigas de madera, a modo de techos renovables a dos aguas.

Dos estilos de construcción lítica

John Ingham, investigador independiente de la Sierra Central, en su libro, “Sitios Yarowilca del Alto Marañón, Perú – Imágenes de visitas realizadas en 1996 y 2015 a 2018”, publicado el 2019, fecha a la cultura Yarovilca (en ningún momento habla del “imperio yaruwillka”), aproximadamente entre  los años 1,100  y 1,450 de la era actual, restringiendo su vigencia únicamente al Periodo Intermedio Tardío.

Así mismo, ha observado directamente que, “como mínimo, hay dos tradiciones de construcción diferentes (…) dentro del área”  que ha visitado (Subrayado nuestro).

El territorio que recorrió abarca los  departamentos de Huánuco y Ancash, desde la Laguna Lauricocha en el Sur, hasta Huacaybamba en el Norte, cerca de la desembocadura del río Puchca al Marañón. En esa área,  Ingham constató que todos los sitios al Norte de Tantamayo, están ubicados en crestas, y fueron bien fortificados, con un muro muy alto con galerías internas y ventanas que miran hacia el sitio desde el punto más alto del asentamiento. Y, atribuye esta disposición defensiva a los probables constantes ataques de grupos belicosos procedentes de la Alta Amazonía. Sin embargo, hacia el Sur de Tantamayo, los asentamientos se ubicaron comúnmente en terrenos bajos y planos con ciertos tipos de edificios diferentes a los del Norte y  sin fortificación alguna, a pesar de que sus pobladores también estaban expuestos a incursiones de los pueblos de la Selva Alta.

De esto, Ingham concluye que, a primera vista, el territorio habría sido “el hogar de dos culturas diferentes”. Y, anota que más hacia el Sur, en otro sitio señalado como yarovilca en el área de Yanahuanca, Pasco, distintos vestigios de edificios, apuntan también a que pertenecieron a una tercera cultura, aún no precisada.

El investigador deja en claro que hay otros importantes sitios arqueológicos de períodos distintos al de Yarovilca, como Tinyash, tal vez contemporáneo, al norte de Huacaybamba, y el Castillo en Chupán, muy impresionante, probablemente del período de influencia del imperio Chavín de Huántar (aproximadamente 900 a 200 a.C)

 

2.      TIPOS ARQUITECTÓNICOS GUÁNUCO – YAROVILCA

José Onofre Mayta, en su obra citada, plantea que los vestigios arquitectónicos guánuco – yarovilca, permiten inferir que esta formación cultural fue prolongada, desde el Periodo Horizonte Medio (año 600 hasta el 1,000 ne.), hasta el Periodo Intermedio Tardío (año 1,000 al 1,450 ne.), es decir un tiempo de 850 años.   Esos restos reflejan una diversidad tipológica arquitectónica, con características distintas y poco comunes para el área andina.

En el contexto de su larga vigencia y por la forma de la planta, Onofre clasifica a los diseños arquitectónicos  de los Guánuco – Yarovilca,  en seis tipos. (Los diagramas y fotos son de autoría de Onofre Mayta et al.)

1.    Tipo A1


Edificios pareados, tipo A1, de planta rectangular.  

Izq.: sitio Sahuay Matahuari. Der: sitio Mancopa (Fotos: Onofre)

 

2.    Tipo A2

 



 

Construcciones de planta rectangular Tipo A2. Izq.: edificio adornado

con una chacana, en Mancopa – Yaruvilca. Der. Edificio con escalera

lateral de piedra, en Sahuay – Matahuari. (Fotos: Onofre)

 

3.    Tipo B1




Edificios de planta cuadrada. Izq.: construcción de dos pisos, en Sahuay Matahuari. Der: Edificio de planta cuadrangular, de dos niveles, en Mancopa.

 

 

4.    Tipo B2



Construcciones con planta en D. Izq.: Edificio en el sitio Nunash.

Der. : edificaciones con planta D, en Gueshash.

  

5.    Tipo B3



 

Edificio de planta circular en el sitio Chiquía.

 

6.    Tipo B4

 



 

Edificio rectangular con dos acceso, para

uso funerario, en Sahuay Matahuari

 

En función de su correspondencia a los periodos históricos, los detalles son los siguientes:

Arquitectura durante el Horizonte Medio

Esta arquitectura se distingue por edificios de plantas cuadrangulares y rectangulares de una altura aproximadamente de 8 m, ubicados en terrazas para solucionar la pronunciada pendiente de los terrenos. Los edificios tienen varios niveles y  un solo acceso.

En su interior hay varios nichos, en algunos casos de doble jamba.

Los techos, en general, son del tipo falsa bóveda, soportada por vigas voladizas, machetes interiores que definen varios niveles y, en otros, de lajas grandes que sobresalen para unirse de lado a lado.

Además, los edificios cuentan con piedras alargadas a modos de peldaños que sobresalen de los muros en la parte exterior y que, posiblemente, son el acceso hacia la parte superior de la construcción. Han sido halladas también terrazas agrícolas.

En la zona arqueológica de Mancopa en el distrito de Aparicio Pomares, destaca un edificio de aproximadamente 7 m de alto, en cuya parte posterior (lado Sur) tiene, en el medio del muro, una columna cilíndrica, así como una decoración arquitectónica consistente en una chacana o cruz del sur, por lo que se presume que tenía una posible función astronómica

En este periodo también erigieron torres o atalayas con muros perimetrales de 60 a 70 cm de espesor  y alturas de hasta 5 m, cuyo frontis presenta ventanas largas, techos con aleros, nichos interiores  y techo superior de falsa bóveda.

 

Arquitectura definida del periodo Horizonte Medio

Edificios de planta rectangular con nichos internos de doble jamba.

Construcciones de gruesos muros de piedra, con acceso anchos y techos de piedra. Detrás de estos edificios hay canchas rectangulares con muros de piedra.

La característica principal del diseño arquitectónico es la decoración interior con nichos trapezoidales de doble jamba en los muros de mampostería concertada y con técnica de la pachilla.

Este rasgo arquitectónico también aparece en Cheqo Wasi, en Huari, pero definido en los vanos de dos jambas. La mayoría de los nichos tiene forma rectangular, con ancho de 90 cms, en promedio. Las  cámaras funerarias de ese sitio tuvieron nichos trapezoidales de 64 a 66 cms de ancho por 1.14 m de largo y 42 a 44 cm de ancho por 77 cm de largo, respectivamente.

No todos los recintos de  Guánuco tuvieron estos nichos.

Además, el edificio de Conchopata (Conchapampa),  en el distrito de Margos,  se encontró asociado, un ceramio tipo cántaro cara gollete del estilo local Calpish, del periodo Horizonte Medio del valle del Mantaro.

Generalmente este tipo de arquitectura definida en el Alto Marañón, es de mampostería concertada, es decir, tiene un aparejo en la cual las piedras canteadas se devastan a fin de que se coincidan con los lechos que están constituidos de lajas de diferentes tamaños, aunque mantienen  cierta regularidad a la vista.

Todas las piedras están dispuestas de manera horizontal,  mezcladas con barro.

En los sitios definidos también hay edificios circulares pequeños, tipo cista y/o matriz, de posible función funeraria, dispuesta de manera ordenada y nivelada, con un diámetro de 0.40 m y una profundidad de 0.60 m, es decir,  semi subterráneo. Pero, este es un tipo aún no definido.

Regionalmente existe una similitud de la arquitectura Guánuco del Horizonte Medio  con la del  valle de Chaupiguaranga  (Yanahuanca – Pasco), definida también como del mismo periodo.  Se define dentro de los Tipos A1 y A2.

Edificios de planta rectangular con cubierta de piedra y ventanas en la parte superior.

Son construcciones de gran altura hechos con piedras semi canteadas de esquistos y pizarras.  La base de los edificios es de planta cuadrada a rectangular, con una altura promedio de 7 m. El frontis presenta 3 o 5 ventanas angostas y verticales, protegidos por aleros que salen del techo.

El techo está construido con el sistema de arco andino o falsa bóveda.

El estilo se define dentro del Tipo A2  con ciertas variantes de acuerdo al área ocupada.

Arquitectura durante el Intermedio Tardío

Sus edificios tienen dos niveles con vanos de acceso en algunos casos de plantas en forma de D y  circulares.

En algunos sitios, hay edificios pequeños de aproximadamente 1.50 m de altura con cubiertas de lajas, de función funeraria por los huesos humanos hallados.

Las construcciones en la provincia de Lauricocha, tienen una disposición irregular de planta circular de piedra semi canteada, unida con mortero de barro. Las estructuras circulares están decoradas interiormente con nichos y ventanas rectangulares y podrían haber tenido hasta tres niveles con techo de falsa bóveda.

Su actividad constructiva consistió en muros de piedra canteada con mortero de barro, de aparejo rústico.

Arquitectura definida del Intermedio Tardío y del Horizonte Tardío

Edificios de planta cuadrada de dos niveles. Son construcciones o edificios funerarios tipo chullpas, de planta cuadrada o rectangular de 1.50 m de alto, por 2 m de lado. Se define dentro del Tipo B1  y se ubican cercanos a los Tipo A1 y A2.

Edificios de forma en D. Construcciones con base y forma en D, que se encuentran en los asentamientos arqueológicos de manera no muy difundida. Este patrón es muy particular en el Alto Marañón, en Huánuco.

Se define que pertenece al periodo Intermedio Tardío, sobre la base del sitio arqueológico tipo, denominado Gueshash, el cual, de acuerdo a los datos etnohistóricos, fue el asentamiento donde residían los gobernantes de Ichoc Huánuco. Su arquitectura fue de solo un tipo, es decir de planta en D, con dos niveles y pequeños vanos en ambos pisos. Se define dentro del Tipo B2.

Edificios  circulares. Estas estructuras debieron tener una altura promedio de 2 m, con un vano de acceso de forma trapezoidal, en cuyo interior construyeron algunos nichos cuadrangulares. Es posible que contaran con una cubierta de material vegetal. Se define dentro del Tipo B3.

Chullpas pequeñas o Recinto Funerarios de un solo nivel. Son construcciones pequeños de aproximadamente 1.50 m de altura con cubiertas de lajas  de función funeraria por los huesos humanos hallados. En uno de sus lados hay nichos trapezoidales y, dentro de ellos, hay nichos más pequeños.

Se puede apreciar una individualización de los entierros, pero el nicho trapezoidal,  es evidencia de la continuidad de la ocupación. Se encuentra dentro del Tipo B4.

Cerámica.

La cerámica de los Chupaychu fue extremadamente simple, con piezas utilitarias no decoradas, hechas con una pasta compacta de color rojo o marrón. La única notable variación entre las cerámicas de los dos grupos fue la composición de la pasta y el color del engobe. Este, tiene un rango muy estrecho, principalmente naranja – rojo, rojo sobre naranja, o marrón quemado, aunque el amarillo y el engobe rosáceo también existieron.

Las formas de esas vasijas de paredes gruesas fueron simples también. Principalmente son ollas y cantaros con bordes diagonalmente divergentes y prolongados y asas horizontales.

Pero las cerámicas Yaro tienen una característica particular, herencia del periodo Horizonte Medio, que es la cara gollete.

Aún no se ha definido la cerámica Guánuco, pero comparte muchos atributos con los Chupaychus.


3.      ORGANIZACIÓN POLÍTICA

Onofre, sobre la base  de Joseph Vallés 2000: 76, repite que este asentamiento estaba constituido por grupos humanos que contaban con jefes políticos que se legitimaban en los hechos, sin invocación de ninguna norma de tipo jurídico, en función de  cualidades personales como: fuerza física, habilidad guerrera, riqueza personal, conocimiento mágico-religioso, a partir de lo cual ejercían supremacía sobre los demás.

Esto generó una red de jefaturas emparentadas cuya autoridad residía en el cargo que pudieron ser hereditario o no, pero  accesibles a ciertas familias o linajes con prestigio, aunque en cuanto a casas y disposición de recursos los signos eran casi comunes con los de la población.  

 

Territorio de los Guánuco – Yarovilca

 

Tipos de asentamientos

Onofre ha definido tres tipos de asentamientos, por su tamaño,  durante la vigencia de los  Guánuco, hasta el Intermedio Tardío:

1.    Asentamientos de densidad alta con una población estable de escala interregional (más de 250 hab.), como el sitio arqueológico de Garu.

2.   Asentamientos relativamente permanentes de posible escala intrarregional como los sitios arqueológicos de Nunash, Gueshash, entre otros.

3.      Asentamientos con densidades bajas, de carácter doméstico.

Los dos primeros tipos tuvieron diversidad arquitectónica y su ocupación se prolongó desde el periodo Horizonte Medio, hasta la invasión incaica, allá por el año 1,50 ne.

 

4.      RELIGIÓN

Mama Rayguana es la madre tierra. Su culto está vinculado a la siembra y su máxima expresión ritual es la danza denominada también Mama Rayguana que se celebra cada 24 de junio en numerosos pueblos de la zona.

Mama Rayguana empezó como una diosa de la parcialidad Yaro, cuyo culto surgió cerca del nevado del Huayhuash, en el área de la laguna de Caballococha en Huánuco, vinculado a aves,  meteoros, con el cielo  y los astros.

Se cree que su culto avanzó en paralelo con el poderío yaro, imponiéndose sobre la veneración a otras divinidades como Libiac Cancharco, Pachacámac, Wariwilka, Catequil, cuya función principal fue la de ser oráculos prestigiosos en sus áreas.  

 

5.      ¿IMPERIO YAROVILCA?

Onofre, señala también que un llamado “Imperio Yarowilca” ha sido adscrito al Periodo Horizonte Medio en el Alto Marañón, por el arqueólogo Hernán Amat Olazábal  y otros, en 1992.

No obstante, no hay  investigaciones de campo que hayan corroborado tal propuesta o apoyado la hipótesis de Amat. Solo han determinado una ocupación autónoma por señoríos, cacicazgos y curacazgos  desde dicho periodo hasta el Periodo Intermedio Tardío.

Pero, en efecto, Amat Olazábal, en su trabajo, “El imperio yaro y la expresión militarista de los estados regionales”, ensayo incluido en “Cien Años de la Arqueología en la Sierra de Ancash (2013)” por  Bebel Ibarra: 469-500, plantea esta hipótesis y el siguiente mapa del supuesto imperio.

La hipótesis dice que aproximadamente en 1,100 adp., primer tramo del Intermedio Tardío, los Yaro, un pueblo muy belicista al que Amat atribuye origen aymara, con referencia a solo una aludida, pero no comprobada migración masiva desde la Meseta del Collao, atacó a las fuerzas del entonces imperio Wari y las derrotaron en los Andes centrales, presunto hecho que según la exagerada visión de este autor generó el colapso total de los ayacuchanos.

Nada dice Amat de que el colapso de los Wari, y de sus contemporáneos, los Nazca, los Tiahuanaco y los Maya, en Mesoamérica, se debió fundamentalmente a un largo periodo de desórdenes ambientales masivos desencadenados por el Fenómeno de El Niño, el cual afectó a casi todo el planeta. Ese desastre ha sido detectado, estudiado ampliamente y nombrado como Cambio Climático Medieval.     

  

Supuesto territorio del imperio yarowillka

 El origen y el carácter militar del tal imperio llevaron a sus jerarcas a construir asentamientos como baluartes  fortificados, emplazados  en lugares estratégicos y de difícil acceso. La nueva dominación habría abarcado hasta el departamento de Junín por el Sur, el Norte de  Amazonas y el Sur del departamento de San Martín, por el Norte, así como los flancos occidentales y orientales de los Andes.

Esto implica, según Amat, que Rapayán, Kuélap, El Gran Pajatén y los asentamientos de Piruro, Susupillo, Garu y otros de Huánuco, Ancash y hasta Marca Huamachuco, en La Libertad, formaron parte de una misma “unidad cultural” o  imperio, cuya capital habría sido el poblado de Garu, ubicado en los linderos occidentales del actual departamento de Huánuco, cuenca alta del valle del Marañón.  

Como fundamentos de su teoría de la condición imperial de la sociedad yarovilca, Amat ha identificado las siguientes características comunes en Rapayán, Piruro, Susupillo, Garu, Jagraraj y en la mayoría de sitios guánuco– yarovilca:

a)   Un patrón de asentamiento con un diseño arquitectónico propio que tiene como elementos:

·      El plano vertical, con habitaciones superpuestas por pisos para compensar la falta de espacio

·      Muros laterales fuertes

·      Emplazamiento encima de costados de colinas, barrancos o acantilados concebidos como barreras protectoras.

·      Técnicas constructivas con piedra y barro

·      Sistema de mampostería compuesto por la terraza, el muro o adarve, la torre y el dintel.

·      Los siguientes elementos básicos de las unidades de diseño: ondas o zigzag, grecas en hileras enmarcadas y con cornisas, ubicación de mampuestos similares en Kuelap, Chivani, Leimebamba, Monte Bravo, Muyok Viejo, Yelap, Monte Lado (Amazonas), Pueblo Viejo (La Libertad), Wakan (Huánuco), Yarcán, Rapayán (Ancash); Chiprak, Yuray Marca, Yaro, Rupac, Cantamarca (provincia de Canta, Lima) y Gran Pajatén (San Martín) y  Chichipe (norte de Cajamarca)

b)   Un mismo patrón de subsistencia, basado en el modo de producción agropecuario: cultivo de tubérculos, quinua y maíz y la explotación intensiva de la ganadería de camélidos sudamericanos.

c)    La presencia de tipos de cerámica “Susupillo Modelado y Pulido”, en un amplio radio de distribución, como Kuelap y Leimebamba y en otros asentamientos del departamento de Amazonas.

El arqueólogo Duccio Bonavía, ha mostrado conjuntos de tiestos decorados con la técnica de las tiras aplicadas, similares a los de Kuelap, Tantamayo y Rapayán, procedentes nada menos que del sitio arqueológico Gran Pajatén, el cual fue, en 1572, un conocido asentamiento Yaro de la Alta Amazonía del departamento de San Martín. Bonavía lo llamó “Abiseo” 

Los personajes representados en la alfarería de Tantamayo y Rapayán, tienen expresión casi idéntica a las litoesculturas del Gran Pajatén.

En el prólogo de su libro, John Ingham, ha escrito: “Mis observaciones personales de las franjas en zigzag dispuestas en estructuras mortuorias (chullpas) y las tumbas, como es el ejemplo de las edificaciones en precipicios de Jagraraj que contienen docenas de mausoleos, sugieren una posible conexión con la cultura Chachapoyas hacia el norte. En efecto, estudiosos como Federico Kauffmann-Doig han sugerido nexos similares entre el Alto Marañón y su vecino del norte”. (Resalte y subrayado nuestro). Evidentemente, Ingham alude a la teoría de Kauffman sobre la “serranización de la selva”, contrapuesta a la de Julio C. Tello (el origen amazónico de la cultura andina) con base en migraciones andinas “planificadas” tipo mitimaes, pero impulsadas por desastres ambientales masivos. Estos movimientos poblacionales aportaron desarrollos culturales, entre ellos, la cultura Chachapoyas. Esto, no obstante, solo tiene la condición de propuesta teórica indiciaria que, en la actualidad, bien podría ser aclarada solo mediante el análisis de ADN antiguo mitocondrial de restos óseos, de procedencia exacta y buena conservación,

d)   La versión etnohistórica del cronista nativo de estirpe yaruvilca, Felipe Huamán Poma de Ayala (1567-1616), quien en su conocida obra “Nueva Crónica y Buen Gobierno”,  dice que perteneció a la nobleza yarovilca de Allauca Huánuco, un cacicazgo del Chinchaysuyo que fue anexado al Imperio Incaico por Túpac Inca Yupanqui, quien luego de la conquista nombró al cacique Yaro Guamán Chagua, como vasallo administrador (inca-ranti) del Chinchaysuyo. Amat, da esta referencia, pero el mismo anota que la versión de Guamán Poma, fue desechada por la mayoría de los investigadores del Perú antiguo, aunque solo dos, Tello, Varallanos y Pierre Duviols, le han dado algún crédito.

e)   La hipótesis del historiador Waldemar Espinoza sobre el Reino Huánuco que plantea que el Imperio Yaro, tuvo una distribución tan amplia como la del imperio Wari, aserto que deja librado a una supuesta confirmación con datos arqueológicos.

f)     El “imperio Yaruwillka”, habría durado solo unos 250 años, habiéndose desintegrado en cacicazgos y curacazgos menores, los que fueron sometidos sin mayores problemas por los incas cerca del año 1,450 ne.

La teoría de Amat y Waldemar Espinoza, ha sido frontalmente contradicha por arqueólogo Luis Salcedo Camacho, en su ya citado libro, “Prehistoria Andina II 2012:10, en el cual señala: “(…)el parecido en la arquitectura y patrón de asentamiento entre las etnias ubicadas entre Cajamarca y Ayacucho, aparte de ser superficial (…), no es demostración de la existencia de ningún imperio, toda vez que no existe evidencia de centros urbanos más allá de las aldeas y caseríos conocidos (...) Del mismo modo, las etnias referidas son parte de grupos lingüísticos diferentes, y el núcleo del supuesto ‘Imperio Yaro’, ―ya sea la zona Wamallí en el suroeste de Huánuco, o la zona Yarush en el oeste de Pasco―, fue parte del área de influencia de la lengua Proto – Quechua, Ia que luego fue adoptada por los Incas ―que originalmente hablaban aimara― a raíz de la conquista del Chinchaysuyo”.

 

6.      EL RÉGIMEN INCAICO

Cuando los incas establecieron su dominio sobre la región Guánuco – Yarovilca, en 1,450, modificaron la situación radicalmente. Crearon unidades demográficas distintas. Las etnias, dice Onofre “fueron fisiográficamente divididas en unidades jerárquicas basadas en diez, cien y en mil familias”.

 

No es una exageración considerar que la mayor parte del territorio peruano es  sitio arqueológico, en gran parte aún desconocido porque falta excavar y estudiar. En esa línea es importante los avances que se han logrado en desentrañar algunos rasgos de la o las culturas que florecieron en las cuencas altas del Marañón y del Huallaga adaptándose a entornos ambientales difíciles y hasta hostiles.

Los enigmáticos y portentosos edificios líticos que nos dejaron los guánuco – yarovilca, con sus sorprendentes características exclusivas en el Nuevo Mundo, merecen estudios más a fondo sobre sus orígenes y las fuentes de su sabiduría, las que tal vez pudieran inspirarnos para resolver por principales problemas del Perú actual. 

FIN

 

 





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