¿EXISTIÓ EL IMPERIO
GUÁNUCO – YARUVILCA?
DPTOS. HUÁNUCO, PASCO, ANCASH, LA LIBERTAD,
CAJAMARCA AMAZONAS, SAN MARTIN Y
1,100 AL 1,450 ne. – Intermedio Tardío.
Parte 2
Esta parte contiene el debate inconcluso
acerca del intrigante y apasionante tema de si los yarovilca, los guánuco y los
huamalíes constituyeron un imperio que habría dominado la Sierra Centro Norte y
parte de la Alta Amazonía Nororiental, aunque solo por 250 años. Por ahora, el
tema está pendiente como “misterio sin resolver”.
1.
LA SORPRENDENTE ARQUITECTURA
Sin lugar a dudas, lo más notable de los pueblos yarovilca fue su arquitectura. Levantaron edificios de piedra canteada con argamasa de barro, con diseños arquitectónicos singulares y extraordinarios, sin comparación en el territorio peruano. Tenían plantas rectangulares, cuadradas, circulares y en forma de letra D, con varios pisos, ventana y, lo más sorprendente: desarrollaron el TECHO DE PIEDRA DEL TIPO FALSA BÓVEDA, no registrado fuera de su área de influencia, en ningún otro sitio en el Perú y América. Los incas, grandes manejadores de la piedra no hicieron techos sólidos. Solo usaron paja de ichu sobre tijerales y vigas de madera, a modo de techos renovables a dos aguas.
Dos estilos de construcción lítica
John Ingham, investigador independiente de la Sierra Central, en su libro, “Sitios Yarowilca del Alto Marañón, Perú – Imágenes de
visitas realizadas en 1996 y 2015 a 2018”, publicado
el 2019, fecha a la cultura Yarovilca (en ningún momento habla del “imperio
yaruwillka”), aproximadamente entre los
años 1,100 y 1,450 de la era actual,
restringiendo su vigencia únicamente al Periodo
Intermedio Tardío.
Así mismo, ha observado directamente
que, “como mínimo, hay dos tradiciones de construcción diferentes (…) dentro
del área” que ha
visitado (Subrayado nuestro).
El
territorio que recorrió abarca los
departamentos de Huánuco y Ancash, desde la Laguna Lauricocha en el Sur,
hasta Huacaybamba en el Norte, cerca de la desembocadura del río Puchca al
Marañón. En esa área, Ingham constató
que todos los sitios al Norte de Tantamayo, están ubicados en crestas, y fueron
bien fortificados, con un muro muy alto con galerías internas y ventanas que
miran hacia el sitio desde el punto más alto del asentamiento. Y, atribuye esta
disposición defensiva a los probables constantes ataques de grupos belicosos
procedentes de la Alta Amazonía. Sin embargo, hacia el Sur de Tantamayo, los
asentamientos se ubicaron comúnmente en terrenos bajos y planos con ciertos
tipos de edificios diferentes a los del Norte y
sin fortificación alguna, a pesar de que sus pobladores también estaban
expuestos a incursiones de los pueblos de la Selva Alta.
De esto, Ingham concluye que, a
primera vista, el territorio habría sido “el hogar de dos culturas diferentes”.
Y, anota que más hacia el Sur, en otro sitio señalado como yarovilca en el área
de Yanahuanca, Pasco, distintos vestigios de edificios, apuntan también a que
pertenecieron a una tercera cultura, aún no precisada.
El
investigador deja en claro que hay otros importantes sitios arqueológicos de períodos
distintos al de Yarovilca, como Tinyash,
tal vez contemporáneo, al norte de Huacaybamba, y el Castillo en Chupán, muy impresionante, probablemente del período de
influencia del imperio Chavín de Huántar (aproximadamente 900 a 200 a.C)
2.
TIPOS ARQUITECTÓNICOS GUÁNUCO – YAROVILCA
José
Onofre Mayta, en su obra citada, plantea que los vestigios arquitectónicos
guánuco – yarovilca, permiten inferir que esta formación cultural fue
prolongada, desde el Periodo Horizonte
Medio (año 600 hasta el 1,000 ne.), hasta el Periodo Intermedio Tardío (año 1,000 al 1,450 ne.), es decir un
tiempo de 850 años. Esos restos reflejan
una diversidad tipológica arquitectónica, con
características distintas y poco comunes para el área andina.
En el contexto de su larga vigencia y por la forma de la planta, Onofre clasifica a los diseños arquitectónicos de los Guánuco – Yarovilca, en seis tipos. (Los diagramas y fotos son de autoría de Onofre Mayta et al.)
1. Tipo A1
Edificios pareados, tipo A1, de planta rectangular.
Izq.: sitio Sahuay
Matahuari. Der: sitio Mancopa (Fotos:
Onofre)
2. Tipo A2
Construcciones de planta rectangular
Tipo A2. Izq.: edificio adornado
con una chacana, en Mancopa – Yaruvilca.
Der. Edificio con escalera
lateral de piedra, en Sahuay –
Matahuari. (Fotos: Onofre)
3. Tipo B1
Edificios de planta cuadrada. Izq.: construcción
de dos pisos, en Sahuay Matahuari. Der: Edificio de planta cuadrangular, de dos
niveles, en Mancopa.
4. Tipo B2
Construcciones con planta en D. Izq.:
Edificio en el sitio Nunash.
Der. : edificaciones con planta D, en
Gueshash.
5. Tipo B3
Edificio de planta circular en el sitio
Chiquía.
6. Tipo B4
Edificio rectangular con dos acceso, para
uso funerario, en Sahuay Matahuari
En función de su correspondencia a los periodos históricos, los detalles son los siguientes:
Arquitectura durante el Horizonte Medio
Esta
arquitectura se distingue por
edificios de plantas cuadrangulares y rectangulares de una altura
aproximadamente de 8 m, ubicados en terrazas para solucionar la pronunciada
pendiente de los terrenos. Los edificios tienen varios niveles y un solo acceso.
En
su interior hay varios nichos, en algunos casos de doble jamba.
Los
techos, en general, son del tipo falsa
bóveda, soportada por vigas voladizas, machetes interiores que definen
varios niveles y, en otros, de lajas grandes que sobresalen para unirse de lado
a lado.
Además,
los edificios cuentan con piedras alargadas a modos de peldaños que sobresalen
de los muros en la parte exterior y que, posiblemente, son el acceso hacia la
parte superior de la construcción. Han sido halladas también terrazas
agrícolas.
En
la zona arqueológica de Mancopa en
el distrito de Aparicio Pomares, destaca un edificio de aproximadamente 7 m de
alto, en cuya parte posterior (lado Sur) tiene, en el medio del muro, una
columna cilíndrica, así como una decoración arquitectónica consistente en una
chacana o cruz del sur, por lo que se presume que tenía una posible función astronómica
En
este periodo también erigieron torres o
atalayas con muros perimetrales de 60 a 70 cm de espesor y alturas de hasta 5 m, cuyo frontis presenta
ventanas largas, techos con aleros, nichos interiores y techo superior de falsa bóveda.
Arquitectura definida del periodo
Horizonte Medio
Edificios
de planta rectangular con nichos internos de doble jamba.
Construcciones
de gruesos muros de piedra, con acceso anchos y techos de piedra. Detrás de
estos edificios hay canchas rectangulares con muros de piedra.
La
característica principal del diseño arquitectónico es la decoración interior
con nichos trapezoidales de doble jamba en los muros de mampostería concertada
y con técnica de la pachilla.
Este
rasgo arquitectónico también aparece en Cheqo Wasi, en Huari, pero definido en
los vanos de dos jambas. La mayoría de los nichos tiene forma rectangular, con
ancho de 90 cms, en promedio. Las
cámaras funerarias de ese sitio tuvieron nichos trapezoidales de 64 a 66
cms de ancho por 1.14 m de largo y 42 a 44 cm de ancho por 77 cm de largo,
respectivamente.
No
todos los recintos de Guánuco tuvieron
estos nichos.
Además,
el edificio de Conchopata
(Conchapampa), en el distrito de
Margos, se encontró asociado, un ceramio
tipo cántaro cara gollete del estilo local Calpish, del periodo Horizonte Medio
del valle del Mantaro.
Generalmente
este tipo de arquitectura definida en el Alto Marañón, es de mampostería
concertada, es decir, tiene un aparejo en la cual las piedras canteadas se
devastan a fin de que se coincidan con los lechos que están constituidos de
lajas de diferentes tamaños, aunque mantienen
cierta regularidad a la vista.
Todas
las piedras están dispuestas de manera horizontal, mezcladas con barro.
En
los sitios definidos también hay edificios circulares pequeños, tipo cista y/o
matriz, de posible función funeraria, dispuesta de manera ordenada y nivelada,
con un diámetro de 0.40 m y una profundidad de 0.60 m, es decir, semi subterráneo. Pero, este es un tipo aún
no definido.
Regionalmente existe una similitud de la arquitectura Guánuco del Horizonte Medio con la del valle de Chaupiguaranga (Yanahuanca – Pasco), definida también como del mismo periodo. Se define dentro de los Tipos A1 y A2.
Edificios de planta rectangular con cubierta de piedra
y ventanas en la parte superior.
Son
construcciones de gran altura hechos con piedras semi canteadas de esquistos y
pizarras. La base de los edificios es de
planta cuadrada a rectangular, con una altura promedio de 7 m. El frontis
presenta 3 o 5 ventanas angostas y verticales, protegidos por aleros que salen
del techo.
El
techo está construido con el sistema de arco
andino o falsa bóveda.
El estilo se define dentro del Tipo A2 con ciertas variantes de acuerdo al área ocupada.
Arquitectura durante el Intermedio
Tardío
Sus
edificios tienen dos niveles con vanos de acceso en algunos casos de plantas en
forma de D y circulares.
En
algunos sitios, hay edificios pequeños de aproximadamente 1.50 m de altura con
cubiertas de lajas, de función funeraria por los huesos humanos hallados.
Las
construcciones en la provincia de
Lauricocha, tienen una disposición irregular de planta circular de piedra
semi canteada, unida con mortero de barro. Las estructuras circulares están
decoradas interiormente con nichos y ventanas rectangulares y podrían haber
tenido hasta tres niveles con techo de falsa bóveda.
Su actividad constructiva consistió en muros de piedra canteada con mortero de barro, de aparejo rústico.
Arquitectura definida del Intermedio Tardío y del Horizonte
Tardío
Edificios de planta cuadrada de dos niveles. Son construcciones o
edificios funerarios tipo chullpas, de planta cuadrada o rectangular de 1.50 m
de alto, por 2 m de lado. Se define dentro del Tipo B1 y se ubican cercanos a los Tipo A1 y A2.
Edificios de forma en D. Construcciones con
base y forma en D, que se encuentran en los asentamientos arqueológicos de
manera no muy difundida. Este patrón es muy particular en el Alto Marañón, en
Huánuco.
Se
define que pertenece al periodo Intermedio Tardío, sobre la base del sitio
arqueológico tipo, denominado Gueshash,
el cual, de acuerdo a los datos etnohistóricos, fue el asentamiento donde
residían los gobernantes de Ichoc
Huánuco. Su arquitectura fue de solo un tipo, es decir de planta en D, con
dos niveles y pequeños vanos en ambos pisos. Se define dentro del Tipo B2.
Edificios
circulares. Estas estructuras debieron tener una altura promedio de 2 m, con
un vano de acceso de forma trapezoidal, en cuyo interior construyeron algunos
nichos cuadrangulares. Es posible que contaran con una cubierta de material
vegetal. Se define dentro del Tipo B3.
Chullpas pequeñas o Recinto Funerarios de un solo
nivel. Son
construcciones pequeños de aproximadamente 1.50 m de altura con cubiertas de
lajas de función funeraria por los
huesos humanos hallados. En uno de sus lados hay nichos trapezoidales y, dentro
de ellos, hay nichos más pequeños.
Se puede apreciar una individualización de los entierros, pero el nicho trapezoidal, es evidencia de la continuidad de la ocupación. Se encuentra dentro del Tipo B4.
Cerámica.
La
cerámica de los Chupaychu fue
extremadamente simple, con piezas utilitarias no decoradas, hechas con una
pasta compacta de color rojo o marrón. La única notable variación entre las
cerámicas de los dos grupos fue la composición de la pasta y el color del
engobe. Este, tiene un rango muy estrecho, principalmente naranja – rojo, rojo
sobre naranja, o marrón quemado, aunque el amarillo y el engobe rosáceo también
existieron.
Las
formas de esas vasijas de paredes gruesas fueron simples también.
Principalmente son ollas y cantaros con bordes diagonalmente divergentes y
prolongados y asas horizontales.
Pero
las cerámicas Yaro tienen una
característica particular, herencia del periodo Horizonte Medio, que es la cara
gollete.
Aún no se ha definido la cerámica Guánuco, pero comparte muchos atributos con los Chupaychus.
3.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Onofre,
sobre la base de Joseph Vallés 2000: 76,
repite que este asentamiento estaba constituido por grupos humanos que contaban
con jefes políticos que se legitimaban en los hechos, sin invocación de ninguna
norma de tipo jurídico, en función de cualidades personales como: fuerza física,
habilidad guerrera, riqueza personal, conocimiento mágico-religioso, a partir
de lo cual ejercían supremacía sobre los demás.
Esto generó una red de
jefaturas emparentadas cuya autoridad residía en el cargo que pudieron ser
hereditario o no, pero accesibles a ciertas
familias o linajes con prestigio, aunque en cuanto a casas y disposición de
recursos los signos eran casi comunes con los de la población.
Territorio de los Guánuco – Yarovilca
Tipos de asentamientos
Onofre
ha definido tres tipos de asentamientos, por su tamaño, durante la vigencia de los Guánuco, hasta el Intermedio Tardío:
1. Asentamientos de densidad alta con una
población estable de escala interregional (más
de 250 hab.), como el sitio arqueológico de Garu.
2. Asentamientos relativamente permanentes de posible
escala intrarregional como los sitios arqueológicos de Nunash, Gueshash, entre otros.
3.
Asentamientos con
densidades bajas, de carácter doméstico.
Los
dos primeros tipos tuvieron diversidad arquitectónica y su ocupación se
prolongó desde el periodo Horizonte
Medio, hasta la invasión incaica, allá por el año 1,50 ne.
4.
RELIGIÓN
Mama
Rayguana es la madre tierra. Su culto está vinculado a la siembra y su máxima
expresión ritual es la danza denominada también Mama Rayguana que se celebra
cada 24 de junio en numerosos pueblos de la zona.
Mama
Rayguana empezó como una diosa de la parcialidad Yaro, cuyo culto surgió cerca del
nevado del Huayhuash, en el área de la laguna de Caballococha en Huánuco,
vinculado a aves, meteoros, con el cielo
y los astros.
Se
cree que su culto avanzó en paralelo con el poderío yaro, imponiéndose sobre la
veneración a otras divinidades como Libiac
Cancharco, Pachacámac, Wariwilka, Catequil, cuya función principal fue la
de ser oráculos prestigiosos en sus áreas.
5.
¿IMPERIO YAROVILCA?
Onofre,
señala también que un llamado “Imperio Yarowilca” ha sido adscrito al Periodo Horizonte Medio en el Alto Marañón, por el arqueólogo Hernán Amat Olazábal y otros, en 1992.
No
obstante, no hay investigaciones de
campo que hayan corroborado tal propuesta o apoyado la hipótesis de Amat. Solo
han determinado una ocupación autónoma por señoríos, cacicazgos y curacazgos desde dicho periodo hasta el Periodo Intermedio Tardío.
Pero,
en efecto, Amat Olazábal, en su trabajo, “El imperio
yaro y la expresión militarista de los estados regionales”, ensayo incluido en “Cien Años de la Arqueología en la Sierra de Ancash (2013)” por Bebel Ibarra: 469-500, plantea esta
hipótesis y el siguiente mapa del supuesto imperio.
La hipótesis dice que aproximadamente en 1,100 adp., primer tramo del Intermedio Tardío, los Yaro, un pueblo muy belicista al que Amat atribuye origen aymara, con referencia a solo una aludida, pero no comprobada migración masiva desde la Meseta del Collao, atacó a las fuerzas del entonces imperio Wari y las derrotaron en los Andes centrales, presunto hecho que según la exagerada visión de este autor generó el colapso total de los ayacuchanos.
Nada dice Amat de que el colapso de los Wari, y de sus contemporáneos, los Nazca, los Tiahuanaco y los Maya, en Mesoamérica, se debió fundamentalmente a un largo periodo de desórdenes ambientales masivos desencadenados por el Fenómeno de El Niño, el cual afectó a casi todo el planeta. Ese desastre ha sido detectado, estudiado ampliamente y nombrado como Cambio Climático Medieval.
Supuesto territorio del imperio
yarowillka
Esto
implica, según Amat, que Rapayán, Kuélap, El Gran Pajatén y los asentamientos
de Piruro, Susupillo, Garu y otros de Huánuco, Ancash y hasta Marca Huamachuco,
en La Libertad, formaron parte de una misma “unidad cultural” o imperio, cuya capital habría sido el poblado
de Garu, ubicado en los linderos
occidentales del actual departamento de Huánuco, cuenca alta del valle del
Marañón.
Como
fundamentos de su teoría de la condición imperial de la sociedad yarovilca,
Amat ha identificado las siguientes características comunes en Rapayán, Piruro, Susupillo, Garu, Jagraraj
y en la mayoría de sitios guánuco– yarovilca:
a) Un patrón de
asentamiento con un diseño arquitectónico propio que tiene como elementos:
· El plano vertical, con
habitaciones superpuestas por pisos para compensar la falta de espacio
· Muros laterales
fuertes
· Emplazamiento encima de costados de colinas, barrancos
o acantilados concebidos como barreras protectoras.
· Técnicas constructivas con piedra y barro
· Sistema de mampostería
compuesto por la terraza, el muro o adarve, la torre y el dintel.
· Los siguientes elementos básicos de las unidades de diseño: ondas o
zigzag, grecas en hileras enmarcadas y con cornisas, ubicación de mampuestos
similares en Kuelap, Chivani, Leimebamba, Monte Bravo, Muyok Viejo, Yelap,
Monte Lado (Amazonas), Pueblo Viejo (La Libertad), Wakan (Huánuco), Yarcán,
Rapayán (Ancash); Chiprak, Yuray Marca, Yaro, Rupac, Cantamarca (provincia de
Canta, Lima) y Gran Pajatén (San Martín) y
Chichipe (norte de Cajamarca)
b)
Un mismo patrón
de subsistencia, basado en el modo de producción agropecuario: cultivo de
tubérculos, quinua y maíz y la explotación intensiva de la ganadería de
camélidos sudamericanos.
c)
La presencia de tipos de cerámica “Susupillo Modelado
y Pulido”, en un amplio radio de distribución, como Kuelap y Leimebamba y en otros asentamientos del
departamento de Amazonas.
El arqueólogo Duccio Bonavía, ha mostrado conjuntos
de tiestos decorados con la técnica de las tiras aplicadas, similares a los de Kuelap, Tantamayo y Rapayán, procedentes nada
menos que del sitio arqueológico Gran Pajatén, el cual fue, en 1572, un
conocido asentamiento Yaro de la Alta Amazonía del departamento de San Martín.
Bonavía lo llamó “Abiseo”
Los personajes representados en la alfarería de
Tantamayo y Rapayán, tienen expresión casi idéntica a las litoesculturas del
Gran Pajatén.
En el prólogo de su libro, John Ingham, ha escrito: “Mis
observaciones personales de las franjas en zigzag dispuestas en estructuras
mortuorias (chullpas) y las tumbas, como es el ejemplo de las edificaciones en
precipicios de Jagraraj que contienen docenas de mausoleos, sugieren una posible conexión con la
cultura Chachapoyas hacia el norte. En efecto, estudiosos como Federico
Kauffmann-Doig han sugerido nexos similares entre el Alto Marañón y su vecino
del norte”. (Resalte y subrayado nuestro). Evidentemente, Ingham
alude a la teoría de Kauffman sobre la “serranización
de la selva”, contrapuesta a la de Julio C. Tello (el origen amazónico de la
cultura andina) con base en migraciones andinas “planificadas” tipo
mitimaes, pero impulsadas por desastres ambientales masivos. Estos movimientos
poblacionales aportaron desarrollos culturales, entre ellos, la cultura
Chachapoyas. Esto, no obstante, solo tiene la condición de propuesta teórica
indiciaria que, en la actualidad, bien podría ser aclarada solo mediante el
análisis de ADN antiguo mitocondrial de restos óseos, de procedencia exacta y
buena conservación,
d)
La versión
etnohistórica del cronista nativo de estirpe yaruvilca, Felipe Huamán Poma de Ayala (1567-1616), quien en su conocida obra “Nueva Crónica y Buen Gobierno”, dice que perteneció a la nobleza yarovilca de
Allauca Huánuco, un cacicazgo del Chinchaysuyo que fue anexado al Imperio
Incaico por Túpac Inca Yupanqui,
quien luego de la conquista nombró al cacique Yaro Guamán Chagua, como vasallo administrador (inca-ranti) del Chinchaysuyo. Amat, da esta referencia, pero el
mismo anota que la versión de Guamán
Poma, fue desechada por la mayoría de los investigadores del Perú antiguo,
aunque solo dos, Tello, Varallanos y
Pierre Duviols, le han dado algún
crédito.
e)
La hipótesis del
historiador Waldemar Espinoza sobre
el Reino Huánuco que plantea que el Imperio Yaro, tuvo una distribución tan
amplia como la del imperio Wari, aserto que deja librado a una supuesta
confirmación con datos arqueológicos.
f) El “imperio Yaruwillka”, habría durado solo unos 250 años, habiéndose desintegrado en cacicazgos y curacazgos menores, los que fueron sometidos sin mayores problemas por los incas cerca del año 1,450 ne.
La
teoría de Amat y Waldemar Espinoza, ha sido frontalmente contradicha por
arqueólogo Luis Salcedo Camacho, en
su ya citado libro, “Prehistoria
Andina II –2012:10, en el cual señala: “(…)el parecido en la
arquitectura y patrón de asentamiento entre las etnias ubicadas entre Cajamarca
y Ayacucho, aparte de ser superficial (…), no es demostración de la existencia
de ningún imperio, toda vez que no existe evidencia de centros urbanos más allá
de las aldeas y caseríos conocidos (...) Del mismo modo, las etnias referidas son
parte de grupos lingüísticos diferentes, y el núcleo del supuesto ‘Imperio
Yaro’, ―ya sea la zona Wamallí en el suroeste de Huánuco, o la zona Yarush en
el oeste de Pasco―, fue parte del área de influencia de la lengua Proto – Quechua,
Ia que luego fue adoptada por los Incas ―que originalmente hablaban aimara― a
raíz de la conquista del Chinchaysuyo”.
6.
EL RÉGIMEN INCAICO
Cuando
los incas establecieron su dominio sobre la región Guánuco – Yarovilca, en
1,450, modificaron la situación radicalmente. Crearon unidades demográficas
distintas. Las etnias, dice Onofre “fueron
fisiográficamente divididas en unidades jerárquicas basadas en diez, cien y en
mil familias”.
No
es una exageración considerar que la mayor parte del territorio peruano es sitio arqueológico, en gran parte aún
desconocido porque falta excavar y estudiar. En esa línea es importante los
avances que se han logrado en desentrañar algunos rasgos de la o las culturas
que florecieron en las cuencas altas del Marañón y del Huallaga adaptándose a
entornos ambientales difíciles y hasta hostiles.
Los
enigmáticos y portentosos edificios líticos que nos dejaron los guánuco –
yarovilca, con sus sorprendentes características exclusivas en el Nuevo Mundo,
merecen estudios más a fondo sobre sus orígenes y las fuentes de su sabiduría,
las que tal vez pudieran inspirarnos para resolver por principales problemas
del Perú actual.
FIN
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