domingo, 1 de septiembre de 2019

EN MEMORIA DEL REPORTERO HUMBERTO CASTILLO ANSELMI, EL CHIVO, MI MAESTRO Y AMIGO EN LA BÚSQUEDA DE LA NOTICIA.

TRIBUTO A LA MEMORIA DE HUMBERTO CASTILLO ANSELMI (EL CHIVO)
En Lima, 29 de agosto de 2019


Los actos conmemorativos del Sesquicentenario de la Batalla de Ayacucho, en diciembre de 1974, se realizaron en Lima y Ayacucho. En La Crónica, la de formato grande dirigida entonces por Guillermo Thorndike, como vocero de la revolución velasquista, el sobrio, enigmático, pero férreo y tenaz Alberto Guadalupe, el jefe de informaciones del diario, con cara de boticario, nos había encargado al Chivo Castillo y a mí la firma de la Declaración de Ayacucho, en Palacio de Gobierno, a las seis de la tarde, a pesar de que nuestro turno de reporteros terminaba a las cuatro. Aunque eran tiempos en que las ocho horas diarias se respetaba, a Guadalupe eso no le importaba y había que tolerarlo porque decía que lo hacía por la importancia del tema. Ja, igual era una jodienda suavecita. Casi nos va mal esa tarde. Después de entregar nuestras notas de la mañana, salimos del diario como a las tres de la tarde, abandonando esa especie de patio trasero del centro de Lima que era entonces el Jirón Andahuaylas, a media cuadra de la avenida Grau. Se nos unió el boa Rony Guerra y acordamos ir a matar el tiempo con unos tragos en el Bar Merville, en el jirón Quilca, a media cuadra de la Plaza San Martín, un bebedero de cerveza de tercera categoría que, en verdad, te daba la seguridad de que estabas en un auténtico antro, esos de novelas policiacas. Era un bar de broncas, de botellazos y chavetazos madrugadores. Pero, a esa hora de la tarde era un lugar más o menos tranquilo. Comimos algo y Rony pidió las dos primeras cervezas. 
– Un par, nada más. No se puede chupar tranquilo cuando hay que chambear –, dijo el Chivo, sin convicción alguna y con una sonrisa que denunciaba su inconsistencia. 
Y, en efecto, no fueron dos. Fueron como diez botellas que consumimos mientras hablábamos de cualquier cosa. Llegaron dos patas de La Prensa y la cosa se animó más cuando alguien pidió choritos a la chalaca. Total irresponsablemente nos olvidamos de Palacio de Gobierno, del sesquicentenario de Ayacucho y del buen Guadalupe y todo lo demás. Reaccionamos a eso de las seis y cuarto de la tarde. Era tarde y difícilmente íbamos a poder ingresar a Palacio. El procedimiento era que los reporteros asignados debían esperar en una oficina a la que se accedía por la puerta de la Calle Palacio, donde los agentes de la seguridad identificaban a cada uno, antes de hacerlos pasar hacia el salón designado. Después, cerraban la puerta y no atendían nadie. Por ahí, a esa hora era imposible entrar. 
Anochecía en Lima cuando llegamos jadeando a la Plaza de Armas cruzándola por el centro pues íbamos a intentar entrar por la mera puerta principal de Palacio. Era la única vía posible si los guardias enjaezados se apiadaban de nosotros, argumentando que éramos del diario que representaba al Gobierno. Antes de cruzar la calzada, nos arreglamos las corbatas y nos peinamos. En esos instantes apareció por Carabaya una escolta de motociclistas abriendo calle a la comitiva de alguno de los invitados de alto rango. 
– Corre detrás del auto principal– gritó el Chivo, pasando del dicho al hecho y agregando – Somos de la seguridad boliviana. El carro es de Banzer. Nosotros somos bolivianos –.
En medio de gran estruendo de motos y autos rápidamente nos pusimos detrás de la gran limousine del dictador altiplánico y quién lo diría, pasamos la gran puerta sin problemas hacia el patio principal de Palacio. Ya era algún avance. Todos parecían dar órdenes a gritos. Banzer estaba retrasado. Había apuro. Los guardias del Batallón Mariscal Nieto que resguarda Palacio ni nos miraron. Los de protocolo de la Cancillería corrían a recibir a Banzer. El procedimiento es rápido. Banzer es casi un enano enfundado en su tenida militar color rata. Alguien dice que todos los demás invitados ya llegaron y que la ceremonia va a empezar. El dictador chiquito se mueve rápido y nerviosamente junto a sus edecanes que lo flanquean hacia la alfombra roja que se pierde en el interior intensamente iluminado de Palacio de Gobierno. La suerte está echada. Nos confundimos rápidamente entre la comitiva de Banzer y entramos sin ninguna dificultad a Palacio, por la puerta grande. Los de protocolo conducen al mandatario del otrora Alto Perú hacia el gran Salón Túpac Amaru. Cuando entra se escucha al interior una salva de aplausos. Todas las puertas del gran salón están resguardadas por efectivos antimotines de la Guardia Civil y agentes de Seguridad del Estado de la Policía de Investigaciones. Los periodistas están al fondo, detrás de los asistentes. Palacio resplandece de punta en blanco. El Chivo tiene problemas pues su misión, la más importante es entrar al salón y cubrir la parte política. Yo estaba encargado del entorno y de los detalles de la magnífica cena de gala que el general Juan Velasco Alvarado y su esposa iban a ofrecer esa noche a sus invitados. Alberto Guadalupe había sido preciso. Quería saber hasta que postre iban a degustar los importantes paladares de la ocasión, luego del gran acto político. 
– ¿Cómo vas a entrar, si ahí está Ibáñez? Si nos ve nos botará con cajas destempladas. Creo que estamos jodidos–
El chivo sonríe. 
– No te preocupes – responde sonriente haciendo un gesto de capo de la marimba. Al toque, dando un paso adelante, recibió de alguien un gran folder de cuero de color rojo y sabiendo exactamente lo que tenía que hacer avanzó hacia la puerta del gran salón y se lo entregó a otra persona del protocolo. El muy pendejo se había incorporado ingeniosamente a la cadena humana de transporte de los ejemplares de la Declaración de Ayacucho que debían firmar Velasco y los dignatarios asistentes. Claro, nadie podía dudar de que era algún tercer secretario de tez blanca y cabello albino, enfundado en su atuendo azul oscuro, camisa de tenue color crema y corbata de rojo oscuro. Es su ventaja, su valor agregado, lo sabe y lo usa. Por mi parte, tengo que apurarme e ir hasta el salón de la cena de gala y levantar toda la información posible. 
Entonces, se produjo un gran murmullo dentro del Túpac Amaru. Por una puerta lateral, desde una galería interna sale en tropel hacia el pasillo un grupo de reporteros, fotógrafos y camarógrafos. Son los enviados especiales de los medios extranjeros que intentan entrar al mismísimo salón Túpac Amaru. Ibáñez Burga, el jefe cara de piedra de la Casa Militar de Palacio de Gobierno, no está. Había subido a avisar a su jefe que ya es hora de bajar a la ceremonia. Aprovechando eso y forcejeando contra la guardia, los reporteros afuerinos lograron entrar al salón y acomodarse para tener mejores vistas. En eso, fuertes taconazos de los Húsares de Junín, con uniforme de gala, llaman la atención de todos hacia la gran escalinata de mármol con balaustre dorado que lleva hacia el segundo piso. Es el general Juan Velasco Alvarado, el todopoderoso jefe indiscutido e indiscutible de la revolución peruana. En medio de la potente luz de los reflectores palaciegos el cuadro es profundamente patético. 
A duras penas, el gran dictador que en l969 había roto el espinazo de la rancia oligarquía peruana, decretando su desaparición como clase social con la reforma agraria, empieza a bajar trabajosamente apoyándose en dos ominosas muletas de aluminio. Todos se ponen rígidos a pesar de que están ante un minusválido, un hombre disminuido. Y es que, a pesar de su condición, Velasco impone respeto y temor. El general es un líder cojo desde febrero de 1973, pero ni su condición de anfitrión de la gran reunión sudamericana hace que el general pueda dominar el rictus de amargura e impotencia que resalta en su rostro. A su costado, Ibáñez Burga también baja, atento a cualquier desequilibrio de su jefe. Ambos están impecables dentro de sus sobrios uniformes de generales del ejército, aunque no llevan el de gala. La revolución no es ostentosa. En el centro de la severa pero rutilante marquesina política del momento, en el centro del poder, la tenida castrense de Velasco tiene un detalle penoso, trágico y ominoso. La bocamanga que corresponde a su pierna amputada está plegada hacia arriba y pegada a la tela a la altura del muslo, probablemente con un alfiler o un gancho imperdible, vaya uno a saber. El “Chino” está bien peinado. El lustre de su único zapato negro lanza destellos. Su descenso se hace interminable y en el profundo silencio que domina la escena hasta se escucha su dificultosa respiración, como un jadeo. 
Cuando el general gana el piso firme, la banda de guerra ataca en su honor los acordes de la marcha “Túpac Amaru”, el himno de la revolución. El amplio recinto parece vibrar con la música marcial. El general avanza maltrecho pero firme. Saluda a algunos con leves movimientos de cabeza y los mira fijamente, como escudriñando sus pensamientos. No sonríe a nadie. A cada paso sus manos se crispan, cerrándose sobre las asas de las muletas que le ayudan a avanzar. Al llegar a la puerta del salón Túpac Amaru, adentro estalla una salva de aplausos mientras la marcha continúa.
A través de una de las puertas de vidrio veo al Chivo dentro del gran salón. Sigue en el grupo de los secretarios de la cancillería y ahora recibe los lapiceros especiales con los cuales, los dignatarios suscribirán el histórico documento. Al iniciarse la ceremonia para fue el hoy o nunca. Con la vigilancia relajada, pero atenta a lo que ocurría en el interior del Túpac Amaru, fue fácil llegar al Salón Sevillano, mi teatro de operaciones, lugar de las cuchipandas palaciegas. Aún a media luz y en silencio es imponente. Está adornado con tules blancos y rosados. De una de las mesas tomo rápidamente el menú y en eso el jefe de mozos me sorprende. Pero es un tipo amable. Me pregunta quién soy. Le digo la verdad y agregó que el secretario de prensa de Palacio, el señor Zimmerman, sabe y tiene gran interés en la nota que mañana publicará la prensa sobre el ágape organizado por su amable persona. Para la nota, le pregunto si podría darme su nombre completo para acreditarlo como el artífice de tan notable agasajo. Me da su tarjeta y toda la información que necesitaba. Tenía mi nota. Salgo hacia el pasillo y dentro del Túpac Amaru, seguía el acto central. Salí de la sede del Gobierno por la puerta de la Calle Palacio, que estaba desierta por el cierre del perímetro para mayor seguridad. En Lampa, tomé un taxi hacia La Crónica. Cuando terminaba mi nota llegó el Chivo, apurado y movedizo hasta su máquina. Se concentró en su nota aislándose completamente. La media borrachera que nos habíamos metido en el Merville, se había esfumado totalmente. Me despedí agradeciéndole por la lección de reporterismo recibida: nunca regreses a tu redacción sin llevar la noticia. Solo sonrió, me miró un instante mientras tecleaba con los cinco dedos, cosa que había aprendido como amanuense de notaría en Trujillo y antes de escribir el siguiente párrafo, lo musitó para sí mismo, pues primero hablaba lo que redactaba.

miércoles, 9 de enero de 2019


Chávarry abre indagación a Pérez por viejo caso del ‘Moqueguazo’

ELMER OLÓRTEGUI
Publicado
 hace 2 días 
en
 8 enero, 2019
Por


                                  Pedro Chávarry Vallejos, ex Fiscal de la Nación. 


En Moquegua, el fiscal adjunto superior Alfredo Edgardo Rojas Pedregal, encargado de Control Interno, inició una investigación preliminar contra el fiscal José Domingo Pérez por presunta “inconducta funcional” en su manejo del caso “Moqueguazo”, en el que fue implicado el hoy presidente Martín Vizcarra.
El fiscal moqueguano le dio a Pérez cinco días hábiles para entregar sus descargos, en una actuación de oficio. Esto quiere decir por su cuenta y riesgo en cumplimiento de sus funciones, aunque el hecho coincide con el empeño de Chávarry de desacreditar al fiscal Lava Jato.
Tiene fecha viernes 4 de diciembre, la que corresponde al día en que Pérez Gómez allanó las oficinas de Juan Manuel Duarte Castro, asesor del fiscal de la Nación Pedro Chávarry, en busca de evidencias de la relación Fuerza Popular-Chávarry.
EL ORIGEN
La disposición de investigar a Pérez Gómez dice que el origen es la Resolución N° 2312 – 2018, del 13 de noviembre pasado emitida por la Oficina de Control Interno de Lima, mediante la cual remite a Moquegua archivos de recortes periodísticos que denuncian una supuesta “inconducta funcional” de Pérez Gómez en el “Caso Moqueguazo”.
En la resolución consta que se trata de solo 4 recortes periodísticos que fueron remitidos a la oficina de control interno de Lima el 15 de octubre de 2018, nada menos que por el secretario general del Ministerio Público, Aldo León Patiño, brazo derecho de Chávarry.
MÁS HOSTILIZACIÓN
Este origen limeño apunta a que el nuevo proceso no es más que otro ataque u hostilización del fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, contra el equipo Lava Jato, y en particular contra el fiscal Pérez.
La disposición de Rojas Pedregal no menciona en ningún punto alguna relación sospechosa entre el fiscal Pérez Gómez y el entonces investigado Martín Vizcarra. Solo arguye la imputación genérica de “inconducta funcional”, y no la describe.
PARA DESTRUIRTE MEJOR
Pero es posible que los reportes periodísticos recibidos de Control Interno de Lima como “noticia criminal” contengan imputaciones no corroboradas de esta supuesta relación y de presunto favorecimiento a Vizcarra.
Al respecto, esta acumulación de indicios coincide con insistentes denuncias del semanario Hildebrandt en sus trece, de que uno de los objetivos fijados por la jefa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, como parte de su plan de avasallar al régimen de Vizcarra, es investigar a fondo el pasado personal y político del actual Jefe del Estado en busca de evidencias que pudiesendestruirlo.
La idea central de la maniobra sería investigar si, en efecto, Pérez libró ilegalmente de responsabilidad en el “Moqueguazo” a Vizcarra y otros siete inculpados, a pesar de que su decisión de exonerarlos fue plenamente apoyada por la Corte Superior de Apelaciones de Moquegua que confirmó su decisión.
“MOQUEGUAZO”
El “Moqueguazo” ocurrió entre el 5 y el 16 de junio del 2008, durante el último gobierno de Alan García Pérez, siendo presidente del consejo de Ministros, Jorge del Castillo Gálvez.
El movimiento de protesta de carácter departamental o regional, tenía como objetivo conseguir que el gobierno asignara un mayor porcentaje del canon minero a Moquegua que, en aquel tiempo, recibía un monto muy inferior al correspondiente a Tacna.
OCHO ABSUELTOS
En junio de 2010, la Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Moquegua absolvió de todo cargo a ocho personas inculpadas por los hechos de violencia y secuestros generados por el “Moqueguazo”.
Entre los absueltos estaban los entonces candidatos a la presidencia del Gobierno Regional, Martín Vizcarra Cornejo y Hugo Quispe.
También quedaron libres: Juan Rodríguez, Maycol Salas Mamani, Santos Torres Gutiérrez, Mario Cornejo Medina, Guillermo Kuong Cornejo y Dick Villalobos Arismendi.
En la investigación a cargo del entonces fiscal provincial penal José Domingo Pérez, este los eximió de responsabilidad en su dictamen del 2009, pero el caso subió a la Corte Superior por apelación del procurador del Ministerio del Interior, Talledo Chávez.
De acuerdo al fallo de entonces, el juicio oral continuó contra los dirigentes Zenón Cuevas Pare –hoy nuevo gobernador moqueguano-, Cristala Constantinides, Katherine Maldonado, Julio Aráoz.
A finales del 2010, Martín Vizcarra fue elegido gobernador regional de Moquegua y no tuvo ninguna dificultad judicial para asumir el cargo.
ALGO MÁS
En diciembre de 2011, la Sala Penal de Moquegua condenó a cuatro y tres años de pena suspendida a los dirigentes Katherine Maldonado Palomino y Zenón Cuevas, respectivamente. Cristala Constantinides Rosado, expresidenta regional, fue absuelta.


Asesora de Chávarry sacó tres cajas de documentos de oficina lacrada

ELMER OLÓRTEGUI
Publicado
 hace 12 horas 
en
 9 enero, 2019
Por


                                Ex asesora de Chávarry, Rosa Venegas Mello


Rosa Venegas, periodista y asesora del entonces Fiscal de la Nación Pedro Chávarry, y tres policías del resguardo del alto funcionario, violaron el sábado 5 pasado el sello fiscal de la oficina del asesor Juan Duarte y sustrajeron documentos en tres cajas, entorpeciendo gravemente el esfuerzo del equipo Lava Jato por comprobar vínculos ilícitos entre Fuerza Popular y Chávarry.
Se trata de un grave escándalo que enmarcó la dimisión de Chávarry al cargo de Fiscal de la Nación al que se sumó ayer la inspección de su residencia en La Molina que realizó la fiscal provincial del Callao, Sandra Castro, para corroborar testimonios de un colaborador eficaz del caso “Los cuellos blancos del puerto”, en el cual el exmandamás del Ministerio Público está involucrado.
El coordinador de las fiscalías contra el Crimen Organizado, Jorge Chávez Cotrina, dijo que solo fue un acto sencillo de verificación del inmueble y ni siquiera ingresó a la casa.


                                   Ex congresista Rosa Venegas
                                  

NEXO CON EL FUJIMORISMO
El descubrimiento de la incursión de la asesora Venegas con sustracción de presuntas evidencias, refuerza la tesis de los fiscales Vela y Pérez de que en coordinación con Fuerza Popular, Chávarry realizó acciones de hostilización y desmantelamiento contra el equipo Lava Jato, para favorecer a Keiko Fujimori y sabotear el acuerdo de colaboración eficaz entre Odebrecht y la Fiscalía.
Si Chávarry reveló por su propia boca en un interrogatorio judicial que contrató a Juan Duarte como nexo con el Congreso, por recomendación de dirigentes del fujimorismo, el “Chavarrygate” de Venegas, la expone como parte de esa coordinación, dado que ella fue contratada por Duarte, cuando se desempeñaba como asesora de la congresista Karina Beteta, una de las más recalcitrantes keikistas.
SEGUNDO ALLANAMIENTO FRUSTRADO
El “Chavarrigate” se descubrió el domingo 6 cuando con una ampliación de la orden judicial de allanamiento, el fiscal Pérez Gómez se dio con la sorpresa de que los precintos que había colocado la madrugada del sábado en la oficina del asesor Juan Duarte, habían sido violados.
Pérez suspendió el allanamiento y se incautó registros y videos de vigilancia del lugar mediante los cuales estableció que la asesora y excongresista Rosa María Venegas Mello fue quien dirigió la operación de intromisión y sustracción de documentos de la oficinas de Duarte.
Para eso contó con la complicidad de los resguardos policiales del entonces Fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, el suboficial superior Juan Arias Contreras y los técnicos de segunda James Duran Rodríguez Zavaleta y Hugo Gerardo Robles Chong. Arias trabajaba con Chávarry desde el 2011 y los otros dos desde julio de 2018.
Los tres pertenecen a la División de Seguridad del Estado. La Inspectoría General de la Policía Nacional los ha sometido a investigación disciplinaria con fines de posible destitución y expulsión.
Lo sorprendente es que la incursión se llevó a cabo en la tarde del sábado 5 de enero, cuando inexplicablemente los dos policías de la División de Delitos de alta Complejidad DIVIAC que apoya a la Fiscalía del caso Lava Jato, quienes vigilaban la oficina lacrada, abandonaron sus puestos y se fueron a almorzar a otro lugar.
16 MINUTOS
Luego de que el suboficial PNP James Rodríguez Zavaleta violó los precintos a las 3:20 de la tarde, Venegas, usando una llave, entró al ambiente lacrado señalado como la oficina N°5, junto con Rodríguez Zavaleta, según los videos tomados por las cámaras de seguridad e incautados por Pérez
Otro de los policías se mantuvo en el pasillo como contención o distracción.
Venegas hizo tres entradas y salidas siempre usando la llave y en cada oportunidad se llevó documentos en una caja de tamaño mediano. Su última salida ocurrió a las 15:36. Su delictiva incursión duró 16 minutos.
“ÓRDENES DEL FISCAL DE LA NACIÓN”
Según Canal N, un informe policiaco sobre los hechos describe que una mujer vigilante, al percatarse del movimiento, preguntó al efectivo encargado de la contención ¿qué estaba sucediendo? El efectivo le respondió: “Cumplen órdenes superiores de parte del Fiscal de la Nación”, aunque este proclama inocencia y hasta dice que no recuerda los nombres de sus escoltas.
VENEGAS, LA INCURSORA
Ayer, Venegas Mello admitió ante medios de prensa que ingresó a la oficina sellada, pues la compartía con el asesor Juan Manuel Duarte.
Argumentó que ingresó a la oficina sellada porque no reconocía como válido el lacrado y porque quería preservar sus documentos personales y privados, así como sus fuentes periodísticas.
Explicó que antes de tomar su decisión consultó con una persona, a la que se ha negado a identificar, si podía ingresar al sitio precintado por el fiscal.
“Quería preservar los documentos que se encontraban en el despacho del doctor Duarte que me pertenecían, que si se conocían iba contra mi privacidad y mi intimidad”.
Como su consultor le respondió que mientras no hubiese orden del juez podía hacerlo, entró.
VENEGAS DESAFIANTE
En Radio Exitosa adujo que como sabe de leyes consideró que el fiscal Pérez había allanado espacios asignados al Fiscal de la Nación, vulnerando la Constitución.
Desafió a Pérez Gómez a allanar su domicilio y tratar de encontrar los documentos que sacó y, son sorna, le pidió que si va que le lleve chocolates, que le gustan,y se declaró dispuesta a purgar prisión preventiva mientras la investigan, pues demostrará su inocencia.
Venegas exculpó a Chávarry, al señalar que actuó por cuenta propia, e incluso le pidió disculpas por los problemas que le han causado y que afectan la imagen del fiscal.
LO QUE LES ESPERA
El fiscal coordinador del equipo Lava Jato, Rafael Vela Barba, advirtió ayer a Venegas y sus cómplices que enfrentan una probable condena de 6 años de prisión, por lo que les instó a que se acojan cuanto antes a la colaboración eficaz y digan la verdad.
El coordinador de las fiscalías contra el crimen organizado, Jorge Chávez Cotrina, consideró ante la prensa que Venegas y sus cómplices habría cometido un concurso de delitos: obstrucción a la justicia, encubrimiento real y hurto y reclamó su detención inmediata.
CHÁVARRY DESCONOCE
Por su parte, antes de renunciar, declaró a la estación Blu Radio de Colombia que él no envió a nadie a entrar a esos ambientes, que recién se había enterado por la prensa de la violación del lacrado de las oficinas intervenidas y que desconocía quiénes son los escoltas involucrados, porque tenía 16 asignados.

lunes, 7 de enero de 2019


Pérez reanuda allanamiento a oficina de Duarte, asesor de Chávarry

ELMER OLÓRTEGUI

Publicado
 hace 10 horas 
en
 7 enero, 2019
Por


                                 Fiscal Lava Jato, José Pérez Gómez, allanando el piso 9 del 
                                  Ministerio Público el viernes 4 de enero de 2019. 







En un nuevo episodio de la “Guerra de Fiscales” que impulsa la crisis política nacional de punta, el fiscal Lava Jato José Pérez Gómez, reinició al allanamiento, autorizado por el juez Richard Concepción, de la oficina de Juan Duarte Castro, contacto del fiscal de la Nación Pedro Chávarry con la bancada de Fuerza Popular.
DATO INEXACTO
Esto porque durante la intervención de la noche del viernes y la madrugada del sábado último, el secretario general del Ministerio Público, Aldo León Patiño, adujo que las dos oficinas señaladas en la orden de allanamiento no correspondían a Duarte Castro, sino a los asesores Edgard Peralta Lino y Juan Carlos Cravero.
LA TARJETITA
Asimismo, dijo que la de Duarte Castro era la oficina en cuya puerta está pegada una tarjeta personal, pequeña, de ese funcionario.
Esto resulta absolutamente inusual en la alta burocracia nacional y en particular en ambientes de alto rango como es la Fiscalía de la Nación, en los cuales los administradores se desviven por el orden y la pulcritud de sus “señalética”, de su confort y su decoración.
León Patiño indicó también que una cuarta oficina es del también asesor de chávarry, Máx Aranda Fernández.
TARJETA MÁGICA
Ante tamaña sorpresa, en el mismo acto, el fiscal JDP ratificó por teléfono con la capitana PNP Jackelin Arana Gonzales, quien en días previos hizo la investigación sobre la ubicación de las oficinas de Duarte Castro, que ella nunca vio la tal tarjeta pegada en la puerta.
BORRARON VIDEOS INTERNOS
Al tratar de requisar las grabaciones captadas por cinco cámaras de video que se supone vigilan el piso nueve del edificio, el fiscal se dio con la amarga sorpresa de que solo había registros hasta el mes de noviembre y que el disco duro de uno de los dos grabadores había sido totalmente borrado.
¿MOVIDAS DE LEON PATIÑO?
Como resultado de estos hechos extraños y bajo la sospecha de que la oficina de Duarte Castro habría sido removida o trasladada recientemente, JDP, sin intervenirla, selló la oficina atribuida a tal funcionario por el secretario general del Ministerio Público.
Las preguntas que, seguramente se tratará de responder el fiscal JDP sobre lo ocurrido la madrugada del domingo son, entre otras:
¿La policía lo mandó al desvío proporcionándole datos inexactos sobre la oficina de Duarte Castro?
¿El secretario general del MP, León Patiño, recibió un soplo sobre el allanamiento, movió a tiempo la oficina del asesor implicado y borró las grabaciones de video vigilancia?
¿De ser así, donde está la fuga de información, en el equipo Lava Jato o en la policía?
¿Quién y por qué borró los videos de vigilancia del piso 9?
Sobre la tarjetita misteriosa, Duarte Castro declaró ayer que él la pegó con chinches hace dos meses y que en la práctica no tiene oficina en el MP, porque la mayor parte del tiempo trabaja en el Congreso.
CHÁVARRY CONTRAATACA
Pedro Chávarry atacó ayer al fiscal JDP diciendo en Twitter que la diligencia fue ilegal, a pesar de contar con la correspondiente autorización del juez Concepción.
Después, en un comunicado, acusó a JDP de haber usado a elementos de la inteligencia policial para vigilar y pesquisar los ambientes de la Fiscalía de la Nación y de haber allanado oficinas “que no realizan ninguna actividad de coordinación parlamentaria como las que ejecuta Juan Manuel Duarte Castro”.
LOS HALLAZGOS
Después, ante las llegadas al lugar de los asesores Edgard Peralta Lino y Máx Aranda Fernández, JDP registró sus oficinas y se incautó los siguientes documentos.
En la de Peralta Lino (0: 41 horas):
Oficio de Peralta al Fiscal de la Nación poniendo su cargo a disposición y entregando el puesto, con fecha 31 de diciembre.
Oficio del 3 de enero, en el que Peralta se desiste de la pre dimisión de su cargo; un pedido fiscal de comparecencia restringida contra un procesado en Huacho, a quien Peralta habría estado patrocinando ilegalmente.
Un cuaderno con anotaciones manuscritas sobre César HinostrozaPariachi y el expresidente de la Corte del Callao, Walter Ruiz.
En la de Aranda Hernández (0:25 horas):
Copia de la resolución de Chávarry sobre la separación de los fiscales Vela y Pérez del equipo Lava Jato
Copia del proyecto de ley enviado por el Gobierno al Congreso para la declaratoria de emergencia y reorganización del Ministerio Público
Informe técnico jurídico sobre el caso Keiko y el acuerdo de colaboración eficaz de la constructora Odebrecht, el cual critica frontalmente la información por recabar de esa empresa como base del convenio, por ser data que ya está en poder de otros organismos públicos internacionales de los cuales sería muy fácil obtenerlos.
Un cuaderno de anotaciones manuscritas sobre el reglamento de las fiscalías contra el crimen organizado y pérdida de dominio.
Un pedido de Aranda para no marcar entrada y salida y otro pedido suyo de estacionamiento para Duarte Castro.
Oficio de Aranda al secretario general del MP, adjuntando el proyecto de reglamento de para una participación más intensa de los fiscales supremos en la coordinación de las fiscalías especializadas.
TIRIOS Y TROYANOS
Tirios y troyanos del Parlamento hablaron en distintos tonos sobre este nuevo embrollo judicial que aparentemente apunta a la nada.
La legisladora, ex de Fuerza Popular y hoy perteneciente a la bancada “Cambio 21” de los kenjistas, Maritza García, tras resaltar la medida del Consejo de Ética del CAL, reclamó a la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso, que ponga al debate lo más pronto posible las cuatro denuncias constitucionales pendientes contra Chávarry.
La congresista Gloria Montenegro de Alianza Para el Progreso, también aprobó la decisión del Consejo de Ética.
Ella, dijo: “Me parece fundamental esta medida, que procede y tiene efectos inmediatos, porque su gremio mismo lo descalifica. Podrán apelar después, pero institucionalmente es un respaldo a las otras instituciones del país que se vienen pronunciando en contra de que continúe en la Fiscalía”.
El representante de la nueva bancada congresal “Liberal”, Gino Costa, dio por sentado que Chávarry está impedido de ejercer la abogacía y, por lo tanto, no puede seguir al frente del Ministerio Público.
A través de su cuenta en Twitter, dijo esperar que ahora renuncie al cargo por decisión propia. En redes sociales escribió: “¡Muy bien el Consejo de Ética del CAL! ¡Finalmente consiguió los votos para suspender colegiatura de Chávarry, lo que impide que este ejerza la abogacía y por tanto siga al frente del MP. Esperamos que ahora sí renuncie al cargo!
El congresista de Acción Popular Yonhy Lescano, aplaudió la resolución porque a su criterio Chávarry es una persona que no cuenta con los requisitos para cubrir las funciones de Fiscal de la Nación y añadió que la Junta de Fiscales Supremos debiera reunirse hoy y reemplazarlo temporalmente.
Su correligionario acogió la medida positivamente también, pero criticó que el mismo Consejo de Ética no se haya pronunciado aún sobre su denuncia contra el abogado Rodolfo Orellana y sus cómplices, que él presentó hace cinco años. “¿Tiene el Colegio de Abogados doble moral?”, se preguntó.