DEL PERÚ A HUMBERTO "CHIVO CASTILLO".
Humberto "Chivo" Castillo Anselmi, me dijo ayer sábado que nació en Huamachuco, en La Libertad y que a muy temprana edad su familia lo llevó a residir en un pueblo cerca de Trujillo, en Ascope, creo. Pedro Ortiz, gran amigo, quien también es de Huamachuco, celebró el dato y resaltó que su ciudad natal ha aportado con hombres preclaros al país, entre ellos César Vallejo, además del "Chivo", quien se carcajeó gratamente por tal consideración. El "Chivo" anduvo en la Casa del Pisco de Barranco emocionado casi hasta las lágrimas, por el homenaje que le hizo el Club de Periodistas del Perú entregándole la "Pluma de Plata". Conocí al "Chivo" en 1970, cuando ingresé a Expreso como novato. Paco Landa, entonces todopoderoso jefe de redacción del diario de Orejuelas, de buenas a primera le encargó: "Ahí tienes a otro selvático. Llévalo de cola dos semanas. Que solo observe lo que haces, a ver si aprende algo de periodismo". Así, me convertí en su aprendiz y lo que aprendí fue que el verdadero reportero en misión difícil, no se identifica de buenas a primera como periodista ni alardea de serlo.No apunta nada. Sólo mira, observa escudriña y pregunta únicamente si es absolutamente necesario y graba todo en su poderosa memoria. De los varios temas que vi desarrollar, recuerdo claramente el "Caso Prado". Un día escribió la página central del diario sobre la detención en la clínica Angloamericana del otrora poderoso Mariano Prado Eudebert, ex oligarca a quien el entonces Gobierno Militar de Velasco Alvarado había expropiado el llamado "Imperio Prado", cuya matriz era el Banco Popular del Perú y más de un centenar de empresas y propiedades inmobiliarias. El Chivo, sin lápiz ni papel, había entrado y salido de la clínica y había conocido hasta qué había desayunado y almorzado el ex magnate, su estado de ánimo, su equipo de médicos, su diagnóstico, quienes lo habían visitado y lo que había acordado el preso con su equipo de abogados de apellidos compuestos...y en ningún momento había anotado ni siquiera un punto.
Además de Expreso, trabajé con él en La Crónica, a órdenes de Guillermo Thorndike y allí fue que contra su voluntad, aceptó por primera vez un cargo directivo: Jefe de Redacción, mientras yo hacia de Jefe de Informaciones. Lo de él fue puramente decorativo, pues siguió haciendo sus reportajes especiales, entre ellos, el famoso "Caso Huayanay" que fue llevado al cine. Ayer intentamos recordar las mil y una vivencias de la década de los setenta, pero el cúmulo de recuerdos es tal que mejor, lo dejamos ahí. Además había que beber por el presente.
El siguiente es el video que he puesto en las redes sociales sobre su reconocimiento, también como un homenaje personal hacia su reconocida condición de buen periodista, buen amigo y buen ser humano.
http://www.youtube.com/watch?
