Serie Recordando sin ira.
Primeros peruanos
LA MADRUGADA DE
NUESTRO TIEMPO
PARTE I
LOS PRIMEROS AMERICANOS
SECCIÓN 1
LA NOCHE DE NUESTRO TIEMPO
Voy a tratar de seguir el rastro difuso que dejaron los primeros peruanos, desde la noche de nuestro tiempo, hasta que sus huellas se hicieron más o menos claras, cuando construyeron sus primeras sociedades, sus primeros campos de cultivo, sus primeros edificios, ciudades e imperios, en el Nuevo Mundo.
Todo
esto, sobre la base de solo una parte, quizá importante, de la nueva data sobre
los tres primeros periodos de nuestra pre historia, el Lítico, el Arcaico (pre
cerámico, para “adoradores” de la alfarería como gran indicador de progreso) y el
Formativo, surgida a partir de la década de los setenta.
Los
nuevos hallazgos de distintos y valiosos vestigios, el uso de nuevas
tecnologías de investigación y una cada vez más rigurosa aplicación de la
arqueología, la antropología y otras ciencias de distinta índole, han permitido
superar primeras entusiastas, pero inexactas apreciaciones sobre el hombre
peruano y su camino hacia la civilización, generando la reescritura de dichos
periodos y, cómo no, de su comprensión y
de su interpretación en el contexto de América toda.
Los Clovis no fueron los primeros
Una
de las inexactitudes superadas versa sobre el crucial tema del tiempo del
inicio del poblamiento de América. Ese error había adoptado el pomposo nombre
de “Consenso de Clovis”, un acuerdo,
una convención entre científicos medio impuesto por los estadounidenses, el
cual proclamaba que el hombre ingresó al continente americano
una única vez, hace aproximadamente 13,000
años y eso dio lugar a la primera, o cultura madre del Nuevo Mundo, la Clovis, localizada en Nuevo México. Fue la teoría del “Poblamiento Tardío” de América, con los
Clovis como el origen de las demás culturas americanas.
En 2013, el arqueólogo Tom
Dillehay et al., halló en el sector de Monte Verde, en la comuna de Puerto Montt
(región de Los Lagos, Chile), herramientas de piedra, restos de
fauna y áreas quemadas por nómades cazadores – recolectores, de lapso entre
18,500 y 14,500 años adp (Pleistoceno tardío –Lítico sudamericano) según fechados
por carbono 14 y luminiscencia óptica. También
encontró señales de que las bandas
nómades, de “los primeros sudamericanos”, de pocos miembros, se desplazaban
constantemente hacia otras zonas de la Costa del Pacífico y de la Costa
Atlántica, a través de las estepas argentinas. Cuando el bosque patagónico
norteño se calentó y se formó el estero
de Chinchihuapi hace 15,000 años adp, los caminantes, se establecieron en
el asentamiento de Monte Verde hace 14,800 años.
Este asentamiento ya había sido
excavado por Dillehay et al., desde 1977 y pese a sus fechados consistentes,
los defensores del “Poblamiento Tardío” y de la Cultura Clovis, rechazaron su trabajo
arguyendo malos fechados. En realidad se resistieron a aceptar su equivocación.
Recién dieron su brazo a torcer veinte años después, en 1997, aceptando
públicamente que Monte Verde es uno de
los sitios más antiguos de América habitado por seres humanos. Entonces, gran
parte del conocimiento “consensuado” o “convenido”, se vino abajo o tuvo que
modificarse sustancialmente, como fue el caso de las teorías
sobre las rutas de entrada y difusión humana en el continente.
Como consecuencia del esfuerzo de
Dillehay et al., la teoría del “Consenso
de Clovis” o “Poblamiento Tardío” fue desechada
y reemplazada por la hipótesis del “Poblamiento Temprano”, en la que, sin embargo, hay que llenar aún
muchos huecos negros.
Los Primeros Americanos
Un reciente hallazgo que confirma el “Poblamiento
Temprano” de América es el de los, tal vez, restos humanos más antiguos del
Nuevo Mundo. El 18 de mayo de 2018, CNN
Español, lanzó la noticia acerca de que un equipo de arqueólogos
argentinos, procedentes de Tucumán, había hallado en Antofagasta de la Sierra, provincia de Catamarca, al noroeste de Argentina, la evidencia humana más
antigua del país y, quizá, de América Latina. A su vez, la agencia
de noticias oficial Télam, dio cuenta de que los restos tienen 40,000 años de antigüedad.
La posibilidad de que el hallazgo sea
el más antiguo del continente radica en que, en Brasil, hay registros
reputados como los más viejos, en el
yacimiento de Petra Furada, datados entre 32,000 y 48,000 años. Sin embargo, el
doctor Jorge Martínez, arqueólogo de
la Universidad Nacional de Tucumán – UNT, aclaró que los datos del Brasil son muy controvertidos, entre otras cosas,
debido a que aplicaron a fósiles humanos y otros orgánicos, la datación radiométrica, que se emplea solo
para fechar rocas y minerales.
La
investigación argentina fue conducida por el arqueólogo Carlos Aschero, del Instituto Superior
de Estudios Sociales (ISES) en un área en donde ya habían sido hallados restos humanos de hasta 10.000 años adp.
Aschero et
al.,
excavaron cuatro kilómetros del tramo superior del río Punilla, en la zona conocida como Cacao. En el interior de una cueva hallaron dos mechones de pelo humano que
habían sido cortados, herramientas de piedra tallada de corte y raspado, unos
pendientes de cobre, excremento, costillas completas y fragmentos de dientes de
la megafauna extinta.
Pruebas de carbono 14, realizadas en
EE.UU., en laboratorios de Arizona y CAIS-UGA, arrojaron que los restos
orgánicos, entre ellos los humanos, tienen 40.000 años de antigüedad. El
vestigio humano más antiguo de Argentina hasta este hallazgo data de 14,000
años atrás y fue hallado en la provincia de Buenos Aires, según indicó
Martínez.
Los investigadores creen que los
restos de Cacao se conservaron bien durante tanto tiempo debido al medio
ambiente desértico, a 3,500 m.s.n.m.,
dotado de un clima frío y seco, con temperaturas mínimas bajo cero.
Está en marcha el estudio del ADN contenido en los mechones para conocer el linaje genético de la persona a la que pertenecieron. "Impera la teoría de que los habitantes de América llegaron desde Asia por el estrecho de Bering y de que pertenecen a cuatro grandes linajes. Nosotros queremos corroborar o refutar ese origen", indicó el arqueólogo Martínez, miembro del equipo investigador, quien añadió que existe la posibilidad de que corresponda a una ascendencia distinta.
Aschero calcula que la antigüedad del
descubrimiento en el Norte de Argentina corresponde al Paleolítico Medio de Europa. "Significa
que los procesos de poblamiento fueron muy extensos y diversos. Los registros
corresponden a la Puna, donde hay mucha altura y un clima complicado. ¿Qué
podemos imaginar de la ocupación que podría haber existido en zonas mucho más
bajas, donde la vida es más fácil?, se preguntó.
Además, la teoría del “Poblamiento Temprano” ha sido reforzada
por otros hallazgos como los de Pedra Furada (Brasil, 48,000 y 32,000 años adp., en debate), Valsequillo
(México, Puebla, 26,000 adp), Parque Nacional de White Sands, (EE.UU. Nuevo México, huellas
humanas de hace 23,000 adp), Topper (EE. UU., 20,000 a 16,000 adp), Sitio Cooper's Ferry
(EE.UU., Idaho, 16,000 años adp.), Meadowcroft Rockshelter (Condado de
Washintong, Pennsilvania, 16 000 años), Complejo Buttermilk Creek (EE.UU, centro
de Texas, 15,500 años adp), Huaca Prieta (Perú, 15,000 adp), Piedra Museo (Argentina 13,500 adp.), Yacimiento Folson (EE.UU., Nuevo México,
13,500 adp)
Otra visión más audaz aún, afirma que el “Poblamiento Temprano” de América
habría ocurrido entre 52, 000 y 25,000 años
adp. Pero, aún este aparente exagerado cálculo, resulta empequeñecida por un último
descubrimiento ocurrido en EE.UU, en 2017
Lugares arqueológicos más antiguos que la
Cultura Clovis
El enigma del yacimiento de Cerutti
Mastodon
En
abril de 2017, en el artículo, “Un nuevo
hallazgo reescribe la historia de los primeros americanos”, Héctor
Rodríguez reseñó un hecho que complica, sin solución a la vista,
la prehistoria del hombre en suelo americano.
Una
segunda investigación científica complementaria liderada por Thomas Deméré, del Museo de Historia Natural de San Diego, concluyó en que una especie aun no identificada de homínido
podría haber poblado América del Norte, durante el pleistoceno, hace 130.000
años adp. Eso es muchísimos años antes del tiempo aceptado sobre la llegada del
género Homo a América, entre 16,00 y
15.000 años antes del presente.
El
intrigante caso empezó a principios de 1990, cuando Deméré et al.,
desenterraron en el yacimiento del pleistoceno de Cerutti Mastodon, en la Costa del condado de San Diego, California,
martillos, yunques líticos y restos
fragmentados de un mastodonte (Mammut americanum). En aquél entonces no
pudieron fecharlos, porque la osamenta del mastodonte ya no tenía colágeno,
necesario para la aplicación del
procedimiento por radiocarbono.
Treinta
años después, Deméré y sus paleontólogos volvieron a la carga y aplicando la datación Uranio-Torio, determinaron, sin lugar a dudas, que los restos del
mamut tienen la sorprendente antigüedad de 130,000 años, correspondiente a
la plena Edad de Hielo, siendo
contemporáneas las herramientas vinculadas, halladas a un costado: cinco (5) grandes martillos y yunques de
piedra, las cuales, a su vez, presentan
marcas de impacto, uso y desgaste no atribuibles a factores geológicos.
El paleontólogo Don
Swanson, señala un fragmento de roca cerca de una
gran pieza
horizontal de colmillo de mastodonte.
Foto: San Diego Natural History
Museum
La
nueva investigación de Deméré et al., permitió identificar también en los
restos fósiles numerosas fracturas en espiral en los huesos de las extremidades
del mastodonte, lo que indica que se resquebrajaron cuando aún estaban frescos. Estos fragmentos
óseos y varios dientes del animal fueron golpeados para romperlos en el lugar, con el propósito de extraer su
nutritiva médula.
Deméré,
declaró: "Cuando descubrimos Ceratti
Mastodon, obtuvimos una fuerte evidencia física que colocaba a los seres
humanos junto a la mega fauna extinta de la Edad de Hielo. Ahora el avance de
la tecnología de datación nos ha permitido confirmar que los primeros humanos
ya estaban aquí mucho antes de lo que pensábamos”.
Es
decir hace 130,000 años habitaron en América homínidos con la destreza manual y
el conocimiento necesario para usar piedras grandes, a partir de las cuales
procesaban especialmente los huesos de las extremidades del mastodonte para la
extraer la médula y, también para
hacer herramientas.
Pero,
¿quiénes fueron estos individuos?, ¿formaron parte de un intento temprano pero
fallido de colonización, o existió una presencia continua, pero aún desconocida
del género Homo en América?
Judy Gradwohl, presidenta y directora general del Museo de Historia
Natural de San Diego, cuyo equipo de paleontología descubrió los fósiles, dijo:
"Este descubrimiento está
reescribiendo la idea que teníamos de cuándo los seres humanos llegaron al
Nuevo Mundo. La evidencia que encontramos en él, indica que algunas especies de
homínidos vivían en América del Norte 115.000 años antes de lo que se pensaba.
Esto plantea preguntas intrigantes acerca de cómo estos primeros humanos
llegaron aquí y quiénes eran".
Cabezas del fémur, quebradas de la misma manera y una al lado de
la otra, son inusuales en la arqueología. Los
molares del mastodonte están en
la esquina inferior derecha.
También hay una vértebra rota.
En la parte superior izquierda hay una costilla inclinada hacia arriba
descansando sobre un fragmento de pegmatita granítica.
Foto:
San Diego Natural History Museum
Continuará…
No hay comentarios:
Publicar un comentario