martes, 2 de agosto de 2022

 

Serie Recordando sin ira.

Primeros peruanos

LA MADRUGADA DE NUESTRO TIEMPO

 

PARTE I 

LOS PRIMEROS AMERICANOS

SECCIÓN 1 

LA NOCHE DE NUESTRO TIEMPO

Voy a tratar de seguir el rastro difuso que dejaron los primeros peruanos, desde la noche de nuestro tiempo, hasta que sus huellas se hicieron más o menos claras, cuando construyeron sus primeras sociedades, sus primeros campos de cultivo, sus primeros edificios, ciudades e imperios, en el Nuevo Mundo.

Todo esto, sobre la base de solo una parte, quizá importante, de la nueva data sobre los tres primeros periodos de nuestra pre historia, el Lítico, el Arcaico (pre cerámico, para “adoradores” de la alfarería como gran indicador de progreso) y el Formativo, surgida a partir de la década de los setenta.

Los nuevos hallazgos de distintos y valiosos vestigios, el uso de nuevas tecnologías de investigación y una cada vez más rigurosa aplicación de la arqueología, la antropología y otras ciencias de distinta índole, han permitido superar primeras entusiastas, pero inexactas apreciaciones sobre el hombre peruano y su camino hacia la civilización, generando la reescritura de dichos periodos y, cómo no, de su comprensión y  de su interpretación en el contexto de América toda.

 

Los Clovis no fueron los primeros

Una de las inexactitudes superadas versa sobre el crucial tema del tiempo del inicio del poblamiento de América. Ese error había adoptado el pomposo nombre de “Consenso de Clovis”, un acuerdo, una convención entre científicos medio impuesto por los estadounidenses, el cual proclamaba que el hombre ingresó al continente americano una única vez,  hace aproximadamente 13,000 años y eso dio lugar a la primera, o cultura madre del Nuevo Mundo, la Clovis, localizada en Nuevo México.  Fue la teoría del “Poblamiento Tardío” de América, con los Clovis como el origen de las demás culturas americanas.   

En 2013, el arqueólogo Tom Dillehay et al., halló en el sector de Monte Verde, en la comuna de Puerto Montt (región de Los Lagos, Chile), herramientas de piedra, restos de fauna y áreas quemadas por nómades cazadores – recolectores, de lapso entre 18,500 y 14,500 años adp (Pleistoceno tardío –Lítico sudamericano) según fechados por  carbono 14 y luminiscencia óptica. También encontró señales de que las  bandas nómades, de “los primeros sudamericanos”, de pocos miembros, se desplazaban constantemente hacia otras zonas de la Costa del Pacífico y de la Costa Atlántica, a través de las estepas argentinas. Cuando el bosque patagónico norteño se calentó y se formó el estero de Chinchihuapi hace 15,000 años adp, los caminantes, se establecieron en el asentamiento de Monte Verde hace 14,800 años.

Este asentamiento ya había sido excavado por Dillehay et al., desde 1977 y pese a sus fechados consistentes, los defensores del “Poblamiento Tardío” y de la Cultura Clovis, rechazaron su trabajo arguyendo malos fechados. En realidad se resistieron a aceptar su equivocación. Recién dieron su brazo a torcer veinte años después, en 1997, aceptando públicamente  que Monte Verde es uno de los sitios más antiguos de América habitado por seres humanos. Entonces, gran parte del conocimiento “consensuado” o “convenido”, se vino abajo o tuvo que modificarse sustancialmente, como fue el caso de las teorías sobre las rutas de entrada y difusión humana en el continente.

Como consecuencia del esfuerzo de Dillehay et al., la teoría del “Consenso de Clovis” o “Poblamiento Tardío” fue desechada  y reemplazada por la hipótesis del “Poblamiento Temprano”, en la que, sin embargo, hay que llenar aún muchos huecos negros.

 

Los Primeros Americanos

Un reciente hallazgo que confirma el “Poblamiento Temprano” de América es el de los, tal vez, restos humanos más antiguos del Nuevo Mundo. El 18 de mayo de 2018, CNN Español, lanzó la noticia acerca de que un equipo de arqueólogos argentinos, procedentes de Tucumán, había hallado en Antofagasta de la Sierra, provincia de Catamarca, al noroeste de Argentina, la evidencia humana más antigua del país y, quizá, de América Latina. A su vez, la agencia de noticias oficial Télam, dio cuenta de que los restos tienen 40,000 años de antigüedad.

La posibilidad de que el hallazgo sea el más antiguo del continente radica en que, en Brasil,  hay  registros reputados como los  más viejos, en el yacimiento  de Petra Furada, datados entre 32,000 y 48,000 años. Sin embargo, el doctor Jorge Martínez, arqueólogo de la Universidad Nacional de Tucumán – UNT,  aclaró que los datos del Brasil  son muy controvertidos, entre otras cosas, debido a que aplicaron a fósiles humanos y otros orgánicos, la datación radiométrica, que se emplea solo para fechar rocas y minerales.

La investigación argentina fue conducida por el arqueólogo Carlos Aschero, del Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES) en un área en donde ya habían sido hallados  restos humanos de hasta 10.000 años adp.

Aschero et al., excavaron cuatro kilómetros del tramo superior del río Punilla, en la zona conocida como Cacao. En el interior de una cueva hallaron dos mechones de pelo humano que habían sido cortados, herramientas de piedra tallada de corte y raspado, unos pendientes de cobre, excremento, costillas completas y fragmentos de dientes de la megafauna extinta.

Pruebas de carbono 14, realizadas en EE.UU., en laboratorios de Arizona y CAIS-UGA, arrojaron que los restos orgánicos, entre ellos los humanos, tienen 40.000 años de antigüedad. El vestigio humano más antiguo de Argentina hasta este hallazgo data de 14,000 años atrás y fue hallado en la provincia de Buenos Aires, según indicó Martínez.

Los investigadores creen que los restos de Cacao se conservaron bien durante tanto tiempo debido al medio ambiente desértico, a 3,500  m.s.n.m., dotado de un clima frío y seco, con temperaturas mínimas bajo cero. 

Está en marcha el estudio del ADN contenido en los mechones para conocer el linaje genético de la persona a la que pertenecieron. "Impera la teoría de que los habitantes de América llegaron desde Asia por el estrecho de Bering y de que pertenecen a cuatro grandes linajes. Nosotros queremos corroborar o refutar ese origen", indicó el arqueólogo Martínez, miembro del equipo investigador, quien añadió que existe la posibilidad de que corresponda a una ascendencia distinta.

Aschero calcula que la antigüedad del descubrimiento en el Norte de Argentina corresponde al Paleolítico Medio de Europa. "Significa que los procesos de poblamiento fueron muy extensos y diversos. Los registros corresponden a la Puna, donde hay mucha altura y un clima complicado. ¿Qué podemos imaginar de la ocupación que podría haber existido en zonas mucho más bajas, donde la vida es más fácil?, se preguntó.

Además, la teoría del “Poblamiento Temprano” ha sido reforzada por otros hallazgos como los de Pedra Furada (Brasil, 48,000 y 32,000 años adp., en debate), Valsequillo (México, Puebla, 26,000 adp), Parque Nacional de White Sands, (EE.UU. Nuevo México, huellas humanas de hace 23,000 adp), Topper (EE. UU., 20,000 a 16,000 adp), Sitio Cooper's Ferry (EE.UU., Idaho, 16,000 años adp.), Meadowcroft Rockshelter (Condado de Washintong, Pennsilvania, 16 000 años), Complejo Buttermilk Creek (EE.UU, centro de Texas, 15,500 años adp), Huaca Prieta (Perú, 15,000 adp), Piedra Museo (Argentina 13,500 adp.), Yacimiento Folson (EE.UU., Nuevo México, 13,500 adp)

Otra visión más audaz aún, afirma que el “Poblamiento Temprano” de América habría ocurrido entre  52, 000 y 25,000 años adp. Pero, aún este aparente exagerado  cálculo, resulta empequeñecida por un último descubrimiento ocurrido en EE.UU, en 2017

 


Lugares arqueológicos más antiguos que la Cultura Clovis

 

El enigma del yacimiento de Cerutti Mastodon

En abril de 2017, en el artículo, “Un nuevo hallazgo reescribe la historia de los primeros americanos”, Héctor Rodríguez reseñó un hecho  que complica, sin solución  a la vista,  la prehistoria del hombre en suelo americano.

Una segunda investigación científica complementaria liderada por Thomas Deméré, del Museo de Historia Natural de San Diego, concluyó en que una especie aun no identificada de homínido podría haber poblado América del Norte, durante el pleistoceno, hace 130.000 años adp. Eso es muchísimos años antes del tiempo aceptado sobre la llegada del género Homo a América, entre 16,00 y 15.000 años antes del presente. 

El intrigante caso empezó a principios de 1990, cuando Deméré et al., desenterraron en el yacimiento del pleistoceno de Cerutti Mastodon, en la Costa del condado de San Diego, California, martillos, yunques líticos y restos fragmentados de un mastodonte (Mammut americanum). En aquél entonces no pudieron fecharlos, porque la osamenta del mastodonte ya no tenía colágeno, necesario para la aplicación del  procedimiento por radiocarbono.

Treinta años después, Deméré y sus paleontólogos volvieron a la carga y aplicando  la datación Uranio-Torio, determinaron, sin lugar a dudas, que los restos del mamut tienen la sorprendente antigüedad de 130,000 años, correspondiente a la  plena Edad de Hielo, siendo contemporáneas las herramientas vinculadas, halladas a un costado:  cinco (5) grandes martillos y yunques de piedra,  las cuales, a su vez, presentan marcas de impacto, uso y desgaste no atribuibles a factores  geológicos.

 


El paleontólogo Don Swanson, señala un fragmento de roca cerca de una

gran pieza horizontal de colmillo de mastodonte.

Foto: San Diego Natural History Museum

 

La nueva investigación de Deméré et al., permitió identificar también en los restos fósiles numerosas fracturas en espiral en los huesos de las extremidades del mastodonte, lo que indica que se resquebrajaron  cuando aún estaban frescos. Estos fragmentos óseos y varios dientes del animal fueron golpeados para romperlos  en el lugar, con el propósito de extraer su nutritiva médula. 

Deméré, declaró: "Cuando descubrimos Ceratti Mastodon, obtuvimos una fuerte evidencia física que colocaba a los seres humanos junto a la mega fauna extinta de la Edad de Hielo. Ahora el avance de la tecnología de datación nos ha permitido confirmar que los primeros humanos ya estaban aquí mucho antes de lo que pensábamos”.

Es decir hace 130,000 años habitaron en América homínidos con la destreza manual y el conocimiento necesario para usar piedras grandes, a partir de las cuales procesaban especialmente los huesos de las extremidades del mastodonte para la extraer la  médula y, también para hacer  herramientas.

Pero, ¿quiénes fueron estos individuos?, ¿formaron parte de un intento temprano pero fallido de colonización, o existió una presencia continua, pero aún desconocida del género Homo en América?

Judy Gradwohl, presidenta y directora general del Museo de Historia Natural de San Diego, cuyo equipo de paleontología descubrió los fósiles, dijo: "Este descubrimiento está reescribiendo la idea que teníamos de cuándo los seres humanos llegaron al Nuevo Mundo. La evidencia que encontramos en él, indica que algunas especies de homínidos vivían en América del Norte 115.000 años antes de lo que se pensaba. Esto plantea preguntas intrigantes acerca de cómo estos primeros humanos llegaron aquí y quiénes eran".

 

Cabezas del fémur, quebradas de la misma manera y una al lado de 

la otra, son inusuales en la arqueología. Los

molares del mastodonte están en

 la esquina inferior derecha. También hay una vértebra rota.

En la parte superior izquierda hay una costilla inclinada  hacia arriba

 descansando  sobre un fragmento  de pegmatita granítica.

Foto: San Diego Natural History Museum


 Costillas y vértebras de mastodonte intactas entre las 
que se incluyen una vértebra con una gran espina neural bien
conservada. Foto: San Diego Natural History Museum

 

Continuará…

 

 

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