domingo, 7 de agosto de 2022

 

Serie Recordando sin ira.

LA MADRUGADA DE NUESTRO TIEMPO

PARTE II

LOS PRIMEROS PERUANOS

 

SECCIÓN 4

 LA PISTA DE LA TECNOLOGÍA

 DE LAS PUNTAS DE PIEDRA

Es más o menos aceptado el criterio de que América comenzó a ser poblada hace unos 25,000 años por la Beringia; que una de las rutas de ocupación fue la costa occidental que siguieron los Primeros Americanos desde su punto de ingreso en el Norte, hasta Tierra del Fuego, en el extremo Sur; que, a partir de Mesoamérica, los primeros americanos y sus descendientes abrieron otras dos rutas hacia el Sur, una por el ramal oriental de la Cordillera de los Andes y otro por lo que ahora es Venezuela y Bélice hacia Brasil y todo el llano amazónico.

No obstante, han cobrado nueva fuerza las propuestas sin fechado cierto, de otras migraciones transcontinentales, Oeste – Sureste, que habrían procedido de Polinesia, Melanesia  y Australia, a través del Pacífico, hacia Chile, Argentina y Perú, así como arribos Este – Oeste, de Europa y África, hasta las costas de Mesoamérica y  Brasil, gracias a las corrientes marítimas atlánticas.

Misterios del “Poblamiento Temprano”.

A pesar de que el “Poblamiento Temprano” que se habría iniciado por el Norte, en una fecha no muy precisa anterior a los 15,000 años, ha sido sustentada con varias investigaciones sobre la evolución del ADN antiguo de nativos de toda América, hay dos hechos ocurridos entre 2017 y 2018, con fechados incontrovertibles que siguen mostrando inmensos huecos negros respecto al conocimiento cabal del poblamiento del nuevo Mundo.

Como hemos anotado en la Parte I de este trabajo se trata de:

i)     La confirmación en 2017, mediante la técnica del Uranio – Torio, de la antigüedad de 130,000 años de vestigios fósiles de un mastodonte (Mammut americanum) –  hallados en  Cerutti Mastodon, en la Costa del condado de San Diego, California –, animal que habría sido cercado y cazado por una especie de homínido aun no identificada, cuyos miembros, además de aprovechar su piel y carne, rompieron sus grandes huesos de sus patas para extraer la nutritiva médula, con golpes de martillos contra yunques, ambas herramientas hechas de piedra.

¿De qué género Homo y de cuál especie se trata, si el Homo habría llegado a América hace 25,000 como máximo? ¿Podría tratarse de un homínido originario de América como el planteado por Florentino Ameghino, como punto de partida de su teoría autoctonista del poblamiento de América?

ii)   El hallazgo en 2018, en una cueva de puna, a 3,500 m.s.n.m., en los Andes argentinos, ubicada en la zona llamada Cacao, en Antofagasta de la Sierra, provincia de Catamarca, de un conjunto de vestigios de 40,000 años de antigüedad, fechados con el Carbono 14: dos mechones de pelo humano que habían sido cortados, herramientas de piedra tallada de corte y raspado, unos pendientes de cobre, excremento, costillas completas y fragmentos de dientes de la mega fauna extinta.

La pregunta obligada es, ¿si los primeros nómades entraron por la Beringia, hace 25,000 años, cómo es que hay restos humanos de cazadores – recolectores,  de hace 40,000 años en los Andes argentinos?

Entonces, sea como fuere, ´debemos aceptar que grupos de “Primeros Americanos” nómades cazadores – recolectores, ya recorrían la zona austral de Suramérica en el rango temporal entre los 40,000 y 18,000 años, durante el cual han sido registrados nuestros hombres de las cavernas, en Argentina y en Monte Verde, en la Costa Pacífica de Chile. En consecuencia, cabe preguntarnos y ¿cómo íbamos por casa?

Sea como fuere, también hay consenso respecto a que durante la Edad de Piedra americana o Período Lítico, los sapiens se guarecían en cuevas, abrigos rocosos, ensenadas o en campamentos temporales al aire libre, cubiertos con pieles de animales o ramadas. No obstante, portaban sólidos conocimientos sobre el uso de la madera, la piedra y los huesos como primeras herramientas decisivas para sobrevivir, consiguiendo alimento y defendiéndose de múltiples acechanzas; para resistir los embates del clima con atuendos elementales y con una destreza constructiva que les permitía levantar precarias chozas hechas de matorrales. Pero, ya sabían producir manejar el fuego para asar comida y darse calor.

Características del periodo de nuestros nómades y semi nómades

Las características básicas del periodo muestran la situación:

·         Nomadismo y semi nomadismo, caminantes.

·         Refugio y abrigo en campamentos al aire libre, bajo cobertura del bosque y en cuevas

·         Organización Social: bandas, hordas familiares.

·         Desarrollo de la pintura rupestre descriptiva primero y figurativa, después.

·         Economía de sobrevivencia: Caza (Fauna extinta del Pleistoceno final y mamíferos del Holoceno: guanaco, llama, vicuña, alpaca, taruca, venado, aves, roedores), recolección (frutos, hojas, gramíneas y tubérculos) y pesca.

Así, los objetivos que determinaban las rutas de los primeros americanos eran: hallar fuentes de agua dulce accesibles que también pudieran permitir pesca, sitios de caza, bosques de frutales y guaridas naturales como cavernas y cornisas. Esos propósitos les llevaban a trasladarse continuamente, de un sitio a otro, en grupos muy móviles de solo 15 a 20 individuos, formados por  pequeñas bandas familiares.  

Para cazar y recolectar frutas, bayas, raíces y tubérculos emplearon sus instrumentos fabricados de piedra, hueso y madera, entre los que destacaban bifaces, cuchillos, raspadores, batanes y puntas, etc. Esta larga etapa andariega de exploración, ocupación, conocimiento y adaptación del sapiens al Nuevo Mundo, duró hasta entre 12,000 y 10,000 años antes del presente, cuando se dio el fin del Pleistoneco y el advenimiento del Holoceno; el clima mejoró y posibilitó nuevos intereses y destrezas de los americanos que los pusieron en camino del semi sedentarismo y luego del sedentarismo y todo lo que eso significa económica y culturalmente.

Cueva de PIKIMACHAY: con el registro humano más antiguo en el Perú.

Todo esto, nos da suficiente pie para anotar que el registro más antiguo del Homo sapiens nómade en territorio peruano corresponde actualmente a la Cueva de Pikimachay, en Ayacucho, específicamente a su segundo estrato llamado “Ayacucho”. (Piki machay: cueva de las pulgas en quechua sureño).  

En ese lugar está certificada la actividad humana hace unos 17,500 años adp. Está a 19 kms al Norte de la ciudad de Huamanga, en la margen derecha del río Pongora, en el distrito de Pacaycasa de la provincia de Huamanga del departamento de Ayacucho. Tiene un largo de aproximadamente 60 metros.

 

Vista desde el interior de la Cueva de Pikimachay

 

Esa cueva, al igual que la de Jayhuamachay, fue estudiada en 1960 por el arqueólogo estadounidense Richard MacNeish et al. Pese a que éste investigador planteó que en su estrato más profundo (Pacaicasa)  halló supuestos vestigios de herramientas líticas y fósiles de fauna pleistocena de hace unos 20,000 años adp., otros estudiosos del sitio lo han desestimado por inconsistente.

Sí han aceptado que en el segundo estrato (Ayacucho) encontró evidencias de ocupación humana hace 14,000 adp., como  chancadores, descarnadores y puntas unifaciales de basaltocalcedoniapedernal y cuarcita. También halló puntas triangulares de hueso, descarnadores hechos de costillas de animales, etc, un hueso  húmero de perezoso gigante, restos de caballo americano, de venadocamélidos sudamericanos, de mastodontes y tigres dientes de sable.

Y, algo excepcional: restos óseos humanos compuestos por la mandíbula con dientes de un niño, un radiofalanges y costillas, los cuales con los 14,000 años de la datación general del sitio, devendrían en los más antiguos restos humanos del Perú.

Actualmente, se considera más probable que la presencia humana en esa zona se remonta a ca., de 14,000 años adp.

El Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (MAA-UNMSM), guarda  los restos arqueológicos procedentes de la cueva de Pikimachay, con un registro realizado durante cuatro años por el arqueólogo peruano, Juan José Yataco. Este investigador, por encargo de la universidad, también realizó el trabajo de “Revisión de las evidencias de Pikimachay, Ayacucho, ocupación del Pleistoceno Final en los Andes Centrales”, luego de presentar los artefactos líticos y restos óseos de animales (resalte nuestro) del Pleistoceno Final. Su examen abarcó estos vestigios que no incluyen los restos humanos mencionados.

En un artículo publicado en el Boletín de Arqueología PUCP N° 15 – 2011, Yataco presentó sus resultados preliminares: confirmó el hallazgo de tecnologías líticas y  cortes en huesos (de animales), atribuibles a humanos.  Así mismo, su corrección radiocarbónica del fechado procedente del complejo Ayacucho arrojó: 15,781 y 14,886 cal AC, lo cual en lenguaje sencillo equivale aproximadamente a 17, 500 y 14, 600 años antes del presente.

Como se ve, Yataco no incluyó en su revisión los cruciales e importantes restos humanos del estrato Ayacucho, no explica por qué ni informa cuál es el paradero de esos vestigios, como si los hubiese olvidado, pero la conclusión general de su trabajo es: “Si se acepta como valedero este fechado, que puede resultar muy coherente debido a la concentración de restos de fauna y artefactos líticos reportados (cf. MacNeish 1979: 33-40), y por las evidencias que se presentan aquí, el complejo Ayacucho constituiría la ocupación más temprana de los Andes Centrales”.

 

Los sitios más importantes del

Lítico y el Arcaico Temprano

Conforme a esto, el esfuerzo arqueológico ha conseguido ubicar hasta ahora, en orden decreciente de antigüedad, a partir PIKIMACHAY, a los siguientes principales lugares de estancia temporal de nuestros nómades:

 

i)     Huaca Prieta, está situada a 5 kms al Norte de la desembocadura del río Chicama, cerca de la caleta El Brujo, en la provincia de AscopeRegión La Libertad.

La más reciente jornada de siete (7) años investigación de este sitio, a cargo de James Adovasio et al., de la Universidad Atlántica de La Florida, (Revista Science Adavance, 2017), determinó  que su primera ocupación data de hace 15,000 años adp.

Esta ocupación temprana ocurrió durante la larga transición del Pleistoceno tardío  al Holoceno temprano, en el Paleolítíco sudamericano, paralelo con el final del Mesolítico en el Oriente Cercano y Europa Oriental, poco antes del inicio del Neolótítico en esas regiones, hace 13,000 años adp.

Estos primeros sapiens disponían de puntas líticas y anzuelos de hueso, textiles, cestas ornamentales para  cazar, pescar y vestirse. Cazaban animales medianos y menores y leones marinos. Recolectaban frijol, palta, calabaza y ají, marisqueaban en las playas y, sorprendentemente, pescaban y consumían la anchoveta. Sin embargo, la investigación no halló vestigios de embarcaciones rudimentarias para acceder a las aguas profundas, hábitat de esta especie. Trasladaban sus productos en sus cestas artesanales y tal vez,  una parte la intercambiaban con otros bienes de grupos cercanos.

Además de Pikimachay y Huaca Prieta, el cuadro imaginario real del Perú lítico debe comprender N número de campamentos de nómades lo que, por el hecho de que sus vestigios no hayan sido encontrados, no significa que no hayan existido.

 

Ocupación tardía de Huaca Prieta (4,000 adp)

 

ii)   Quebrada de Tacahuay, en Moquegua, antigüedad de 13,000 adp. Campamento de nómades pescadores, marisqueros y recolectores sin evidencia de actividades de caza de mamíferos terrestres.

iii) Cueva de Pachamachay, Junín, contemporánea de la anterior, cazadores de venados y auquénidos sudamericanos y usuarios de la “punta foliácea lauricochense”.

iv)  Cueva de Panaulauca, Junín, cerca del Lago Chinchaycocha, también de hace 13,000 años adp.

v)    Cueva Huargo, en Huánuco, con pinturas rupestres de hace 13,000 años.

vi)  Cueva del Guitarrero, distrito de Shupluy, provincia de Yungay, departamento de Ancash. Cordillera Negra. 12,500 años de antigüedad. Usaban la “punta foliácea lauricochense”, cazaban y recolectaban. Contenía numerosas herramientas líticas, de madera y hueso, tejidos de fibras vegetales e indicios de la domesticación del frejol, pallar y otras especies en tiempo más tardío.

vii)              Cuevas de Lauricocha, distrito de San Miguel de Caún, provincia de Lauricocha, departamento de Huánuco, naciente del río Marañón, entre 3,900 y 4,500 m.s.n.m. 12,000 años de antigüedad. Las cuevas fueron ocupadas continuamente hasta el 6,000 adp. Su descubridor, A. Cardich, cree que organizaban su trabajo y la defensa de sus intereses y que tenían jerarquías. Halló 11 tumbas, 4 con restos de adultos y 7 de niños con una antigüedad entre 9,525 y 9, 149 años adp., según el carbono – 14, los más antiguos con datación confirmada. Cazaban venados y camélidos sudamericanos, recolectaban vegetales (frutas, raíces, tubérculos) y pintaban motivos de caza y danzas comunales en las paredes de sus cuevas. Desarrollaron la “punta foliácea lauricochense”, cuyas características se difundieron hasta la cultura Ayampirín, en Argentina.

viii)            Cueva de Jayhuamachay, departamento de Ayacucho, de hace 12,000 años. Contenía vestigios líticos, entre ellos, las famosas “puntas foliáceas lauricochenses”.

ix)  Pampa de Paiján o Pampa de los Fósiles, valle de Chicama, departamento de la Libertad, 11,500 años de antigüedad.  Fue un campamento al aire libre de nómades, cazadores, recolectores, pescadores, en donde Rafael Larco, halló herramientas de piedra, entre ellas la famosa “punta lítica de Paiján”, constitutiva de una de las principales “tradiciones” o “culturas” del periodo lítico peruano que se difundió ampliamente por la Costa peruana. En 1975,  C. Chauchat halló en la Pampa de los Fósiles restos óseos de una persona adolescente (12 a 13 años) cuyo sexo no ha sido determinado y de un adulto varón  (25 años), señalado en algunos trabajos distintos al de Chauchat et al., como una mujer, enterrados sobre una capa de ceniza. El primero estaba en posición fetal y el adulto con las extremidades inferiores semi flexionadas. El carbono 14 arrojó una antigüedad de 10.200 ± 180 adp., es decir, mayor que la de los restos de Lauricocha. Por ello fueron reconocidos como los más antiguos restos humanos del Perú.

En fases más tardías del paijanense, Dillehay halló las primeras viviendas de piedra de plantas cuadrangulares, tipo rompevientos, las que constituyen el primer antecedente arquitectónico – constructivo  lítico habitacional.

  

Recreación de una familia paijanense del lítico peruano, del artista

Gustavo Pérez Honorio. Nótese la lanza con la “Punta de Paiján”.

Museo de Arqueología de la U. Nacional de Trujillo.

 

x)    Cerro Chivateros, distrito de Ventanilla, provincia y departamento de Lima, desembocadura del río Chilllón. Aproximadamente 11,000 años de antigüedad. Según C. Chauchat, fue un campamento de aprovechamiento de cantera, del que los nómades obtenían piedra que llevaban a las Lomas de Carabayllo y Piedras Gordas, en Ancón, donde había talleres de fabricación de las famosas “puntas líticas pedunculadas paijanenses”, las que fueron muy usadas hasta ca. 6,000 adp.

xi)  Cueva del diablo, de hace 11,000 adp.Toquepala, departamento de Tacna. Contiene la primera pintura rupestre de caza de camélidos, herramientas de piedra de la tradición lauricochense con influencia de la tradición viscachanense. Hay vestigios de cierta religiosidad.  

xii)              Quebrada de Nanchoc, valle del Alto Zaña, distrito de Nanchoc,  provincia de San Miguel, departamento de Cajamarca, a unos 500 msnm. Campamento semi sedentario de sapiens que habitaron hace 10,000 adp. Hacían la horticultura más antigua en América, de acuerdo al fechado por carbono 14  de semillas de calabaza moschata o zapallo loche y de otras especies. Las primeras mostraron una antigüedad de  entre 10,333  y 8,676 adp., respectivamente. Las de maní, alrededor de 8,494 adp. y las fibras de algodón, alrededor de 6,163 adp. En 1977, el arqueólogo Tom Dillehay, presentó esos resultados y su apreciación de que los nanchoc fueron los primeros agricultores del Nuevo Mundo.

También determinó que de 80  sitios lítico estudiados en la zona, algunos ya eran campamentos o estaciones semi sedentarias, con evidencias de chozas – viviendas de planta elíptica de 2 a 2.3 m de largo, con cimientos de adobe y piedra y con paredes de quincha. Hay vestigios de surcos entre las chozas y estas están ubicadas en torno a dos montículos artificiales probablemente restos de incipientes lugares públicos para la reunión de pobladores.

Los nanchoc hacían lascas unifaciales (una sola cara), para cortar plantas y madera, las que constituyen la Tradición Lítica Nanchoc, en su fase Las Pircas, de 8.500 a 7.000 adp. Son piezas modestas. No llegaron a las puntas bifaciales, pero si usaron piedras para moler vegetales. Además del  zapallo loche, maní y algodón, se encontró restos de ciruela de fraile, tubérculos, quinua y yuca, restos de cérvidos, zorros, jaguarundis (felino), cañanes (lagartijas), serpientes, perdices, roedores pequeños y de moluscos marinos.  El arqueólogo Peter Kaulicke respaldó los hallazgos, confirmando la datación, La horticultura Nanchoc  fue secundaria. Su principal actividad fue la caza – recolección, hasta que se produjo el cambio cultural hacia el sedentarismo sobre la base de la agricultura y la organización social.

xiii)            Tres ventanas o escomarca. en la Sierra de Huarochirí, departamento de Lima, hace 10,000 años adp. El sitio fue hallado por Bernardino Ojeda. Había sepulturas humanas con osamentas momificadas, puntas líticas, lascas y raederas. Artefactos líticos de la tradición Lauricochense.

xiv)            Telarmachay i, está en San Pedro de Cajas, Junín. De hace 10,000 años adp., Lo halló Danièle Lavallée, con vestigios de caza intensiva de venados y camélidos, artefactos líticos de la tradición lauricochense.

xv)Siches, al norte del río Chira, en Piura. Antigüedad de 9,500 adp. Fue hallado por James Richardson, con vestigios de recolección de moluscos y pesca, pintura rupestre y artefactos líticos poco especializados, de la tradición lítica del Extremo Norte.

xvi)            La Cumbre, en La Libertad, encontrado por Paul Ossa. Contiene pinturas rupestres y restos líticos.    

xvii)          Cuevas de Sumbay, nueve (9) cuevas. distrito de Yanahuara, provincia de Arequipa, a 91 kilómetros de la capital departamental de Arequipa, a una altura de 4097 m.s.n.m., en el margen izquierdo de la angosta quebrada del riachuelo Q'ollpa, afluente del Sumbay en el lado derecho. Fueron descubiertas en 1968 por Máximo Neira Avendaño. El C-14 arrojó una antigüedad de entre  6,210  y 5,400 años adp, correspondientes al Arcaico Tardío, para restos orgánicos. Contenía además, numerosos artefactos líticos y le mayor número de pinturas rupestres en un sitio peruano.

Hostnig, Rainer. Sumbay: sitio rupestre emblemático del Arcaico peruano.

http://www.rupestreweb.info/sumbay.html

xviii)        Uchkumachay, en Junín, hallada por Ramiro Matos  y explorada a fondo en

xix)            restos óseos, trozos de hematita. De aproximadamente 9,000 años de antigüedad, calculada en función de la datación carbónica de Telarmachay, que está a 12 kms de distancia.  

xx)Viscachani, en la cuenca del lago Titicaca, hacia el lado de Bolivia, La Paz, con un fechado de 9,000 adp. Fue hallado por C. Dick, E. Ibarra Grasso. Contenía puntas de flecha de tipo "hoja de laurel", artefactos líticos de la tradición viscachanense. Ahí habrían habitado los primeros pobladores de Bolivia.

xxi)                   Pampa canario, en Ancón, Lima. Hallado por  Federico Engel.          Ca. 6,000 años adp. Encontró instrumentos liticos morteros y batanes. Estudiada por Edward Lanning. Fueron recolectores, pescadores y cazadores. Hacían pachamanca de lobos marinos, recolectaban totora para sus embarcaciones y edificar sus chozas. Anzuelo de concha.                     

La “industria” lítica de los “primeros peruanos”

Entre los pocos vestigios que sirven de elemento diagnóstico del hombre lítico peruano, los más importantes son dos: el más antiguo es su letal arma de piedra, la llamada “punta lítica”, la cual, amarrada a una extensión de madera dio lugar, al cuchillo, primero sin mango y luego enmangado a un madero y, después generó la lanza y al arpón para ataques tanto a corta como a media distancia, en este último caso como proyectil arrojadizo con el impulso del brazo o con una herramienta de propulsión. Con la invención del arco y la flecha, su potencial de ataque avanzó a larga distancia.

El segundo elemento – pista de la prehistoria, es el resto humano óseo, ya sea como esqueleto entero, fraccionado o como fragmento de hueso o diente. Lamentablemente, en el Perú hay pocos vestigios de este tipo correspondientes al Período Lítico y paradójicamente ha ocurrido que ni las pocas huellas halladas ni las más numerosas encontradas en entierros del Arcaico y del Formativo, han sido sometidos a amplios estudios científicos de nuevas especialidades de la Biología y a exámenes minuciosas con las nuevas tecnologías en boga.

Las tradiciones o culturas de las “puntas líticas”

Hay numerosas “tradiciones”, “estilos”, “industrias”, o “culturas” de las llamadas “puntas líticas” en el mundo y en toda América, con características singulares y compartidas.  Si nos enfocamos en los Andes centrales, en lo que es hoy el Perú, tenemos que los grupos cazadores – recolectores líticos compartieron destrezas  y técnicas generales de fabricación de sus herramientas y armas de piedra, pero algunos rasgos permiten agruparlas en cuatro (4) grandes “tradiciones” líticas:

1.     Tradición lauricochense: hacían sus puntas líticas para con forma de hoja (diseño foliar). También fabricaban raspadores, perforadores, cuchillos, raederas, percutores y piedras de molienda. Con esos artefactos cazaban y aprovechaban la  carne de algunas especies del fin del Pleistoceno y durante el Holoceno, de camélidos sudamericanos, venados y otros animales menores. Procesaban también recursos vegetales. Esta “fábrica”, se extendió en la Sierra Central y Sur, hasta Chile, Bolivia y el Norte de Argentina. Por el Norte, llegó hasta Ecuador.

2.     Tradición paijanense: fabricaban puntas de piedra con pedúnculo  o apéndice en la parte posterior, en tamaños entre 2.5 y 23 cm de largo por 3.5 cm de ancho, las que son conocidas como “Punta de Paiján” o “Punta paijanense”. Lo hacían por talla a percusión y presión. También manufacturaban  raederas, cuchillos, perforadores y piedras de molienda. Con esa parafernalia cazaban  animales pequeños y medianos, pescaban y recolectaban. Está “fábrica” se difundió desde La Libertad hasta Lambayeque, por el Norte, hasta Ica, hacia el Sur y solo hasta el piso “Yunga”, hacia el Este.

3.     Tradición viscachanense: Sus puntas de piedra eran triangulares y también con forma de hoja de laurel. Con sus lanzas cazaban camélidos sudamericanos y venados, pequeños animales. Se sustentaban también en vegetales. Surgió en la Meseta del Collao.

4.     El unifaz de la Costa Norte: produjeron artefactos de piedra sencillos, hechos por percusión con otra piedra para adecuar una sola cara del producto (lascas, raspadores, cuchillos incipientes, todos  unifaces, así como moledores). Les daban uso múltiple para apoyar el proceso de aprovechamiento de pequeños animales, de bayas, frutas, raíces, hojas y tubérculos, para pescar. Esta Fábrica surgió en Piura, y se difundió hacia Tumbes, Cajamarca y el Sur del Ecuador. No llegaron a fabricar puntas.

Vamos a seguir la pista de las dos primeras tradiciones de puntas líticas, siguiendo el esfuerzo de numerosos investigadores sobre la realidad del hombre lítico peruano.

 

Continuará…

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