miércoles, 3 de agosto de 2022

 

Serie Recordando sin ira.

Primeros peruanos

LA MADRUGADA DE NUESTRO TIEMPO

 

PARTE I

LOS PRIMEROS AMERICANOS

SECCIÓN 2 

¿PERO, DE DÓNDE, CUÁNDO Y

CÓMO VINIERON LOS QUE POBLARON AMÉRICA? 

Entre de los huecos negros del “Poblamiento Temprano” están también los puntos de origen de los migrantes a América, sus rutas de entrada y de ocupación del vasto Nuevo Mundo.

Lamentablemente, no hay muchos vestigios humanos que, gracias a la biología molecular, la nano genética y otras modernas ciencias auxiliares, permitan  conocer con precisión de dónde procedieron, cuándo, cómo viajaron, por dónde y a cuáles puntos de América llegaron  los primeros migrantes.

El arqueólogo peruano Luis Salcedo, en su ensayo, La fase Proto-Lauricocha de los Andes Centrales y el origen de la Tradición Andina de Puntas Foliáceas. 2011”, apunta que en la misma América del Norte  ha sido hallado solo un puñado de esqueletos, en Arlington Spring, Buhl, Spirit Cave y Kennewick,  de entre 12,500 a 9,000 años adp. El fósil de Whitewater Draw, dataría de hace  10,400 adp.

No obstante, señala que respecto al origen de los “Primeros Americanos”, la compilación de distintos modernos análisis craneométricos, dentales, lingüísticos y genéticos, han generado cuatro (4)  hipótesis para calcular cómo fue el poblamiento de nuestro continente:

1.    Ingresó una sola población o una sola fuente de origen de todos los linajes, al final de  la última glaciación (13,600 al  13.000 adp).

Es la desechada teoría del “Poblamiento Tardío” o eso de que “primero fueron los Clovis”. En esta línea, algunos estudiosos postularon  que la diversificación de los linajes ocurrió antes de su llegada al Nuevo Mundo, mientras que otros planteaban que fue posterior.

2.    Ingresaron dos grupos poblacionales en diferentes épocas, una más temprana, de tipo pre mongoloide, y otra más tardía, de tipo mongoloide.

En noviembre de 2009, un artículo publicado la revista “Current Biology” y reportada por el diario “Vanguardia”, desde Washington, afirmó, sobre la base de un estudio genético, que los primeros humanos llegaron a América en el lapso entre 17,000 y 15,000 años adp., conformando dos (2) grupos que siguieron rutas diferentes y dieron origen a casi toda la población nativa.

Después de cruzar el estrecho de Bering, el primer grupo siguió por la costa del Pacífico ya sin hielo.

El segundo grupo continuó hacia el Sur Este, hasta llegar a la zona oriental de las Montañas Rocosas.

Antonio Salas et al., de la Unidad de Genética del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Santiago de Compostela (España), afirman que estos primeros inmigrantes dieron origen a casi todos los grupos humanos en América del Norte, América Central y América del Sur, con excepción de los Na Dene y los esquimales de las Aleutianas, en el norte de América.

El equipo de Salas analizó el ADN mitocondrial de dos haplogrupos raros, es decir, tipos de mitocondria que comparten un ancestro maternal común. La mitocondria es un componente celular que tiene su propio ADN y permite que los científicos rastreen los ancestros y las migraciones, porque pasa directamente de madre a hijo a lo largo de las generaciones.

Los resultados de su trabajo muestran que el haplogrupo llamado D4h2 se extendió de Beringia a las Américas a lo largo de la ruta costera del Pacífico, y llegó rápidamente a Tierra del Fuego.

El otro haplogrupo, X2a, se difundió casi al mismo tiempo, a través del corredor libre, al Este de Canadá, y el Cordillerano, al Oeste y se mantuvo restringido en América del Norte.

3.    Ingresaron tres grupos humanos diferentes, en distintas épocas.

Tres años después del primer estudio genético anotado, en julio del año 2012, el científico colombiano Andrés Ruiz – Linares, del University College de Londres, publicó en la revista Nature, como autor principal,  los resultados del estudio genético, “Reconstrucción de la historia del poblamiento de América”, que  demuestran que los primeros habitantes de América alcanzaron el continente procedentes de Asia, en una fechas necesariamente anteriores a 15.000 años, en tres oleadas migratorias.

La investigación es el mayor esfuerzo de análisis genético de nativos americanos hasta el presente. Los expertos analizaron más de 364,000 variaciones genéticas, detectadas en el ADN de 52 tribus nativas americanas y de 17 grupos siberianos.

La primera migración acometida  por el Estrecho de Bering, encontró un continente virgen y deshabitado y se extendió en dirección Sur siguiendo la Costa del Pacífico. A su paso, los viajeros generaron varios grupos de nómades colonizadores en un proceso que duró alrededor de mil años y cuyos linajes son rastreables.

Esos migrantes son considerados como los “Primeros Americanos”. Impulsaron  el surgimiento de todos los pueblos nativos de Mesoamérica y Suramérica. La ruta del AND muestra también que sus descendientes que llegaron al extremo Sur del Nuevo Mundo, volvieron sobre los pasos de los progenitores pues en Centroamérica se encontraron linajes de las dos etapas.  

Las dos migraciones posteriores, que también partieron de Asia,  generaron la ocupación de los territorios de Estados Unidos, Canadá y Alaska. La segunda oleada humana remontó todo el territorio del Norte de América, bordeando el Ártico, hasta Groenlandia. La mitad  del ADN de la tribu de los “Aleutianos” (Pacífico Norte) y de los “Inuit”, de Groenlandia, (Atlántico Norte) procede de los integrantes de la segunda migración. La tercera migración marchó hacia las Montañas Rocosas. El estudio mostró que la tribu canadiense “Chipewyan” tiene un 10% del material genético en común con los protagonistas de la tercera migración.

La segunda y tercera migraciones fueron de individuos más cercanos a la etnia “Han”, predominante en China, que a los “Primeros Americanos”.

El ADN de las tribus del hemisferio Norte – “Aleutianos”; “Inuit” y “Chipewyan” –  contiene material genético de las tres migraciones, aunque la mayor proporción corresponde a la primera, es decir de los "Primeros Americanos". Eso significa que los migrantes asiáticos de la segunda y tercera oleada se relacionaron con los primeros que llegaron a América.

Los investigadores evitaron la distorsión que pudiera haber provocado la presencia de material genético procedente de migraciones de europeos y africanos, a partir de 1492, enfocando su análisis nano genético en las secciones del genoma procedentes de los nativos americanos. Según Ruiz-Linares, existe una menor diversidad genética en los nativos de Sudamérica, cuyo ADN es más cercano al de los 'Primeros Americanos'.

En el estudio tomaron parte investigadores de más de cuarenta instituciones de educación superior de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, entre ellas,  la Facultad de Química de la Universidad Nacional de México – UNAM.

La conclusión de que el poblamiento de Mesoamérica y Sudamérica proviene de una misma oleada migratoria, es de gran relevancia para Latinoamérica, porque tendrá impacto en las áreas de Genómica poblacional.

                              Mapa de Nature,  realizado por Emiliano Bellini,  muestra el recorrido
                                  seguido por las tres oleadas migratoriasprocedentes de Asia. EFE.

Otro de los estudios bio genéticos más recientes sobre el poblamiento de América data de 2018  y fue dirigido también por Antonio Salas de la Universidad de Compostela.

 

Lo que dicen los huesos más antiguos

En Noviembre de  2018, La revista Science publicó los resultados del estudio genético de secuenciación de los genomas contenidos de 15 vestigios óseos de americanos antiguos:

1)        Del esqueleto de 10.600 años de antigüedad, de la “Momia de la Cueva del Espíritu”, el fósil humano más antiguo encontrado en América del Norte.

2)        Restos óseos de Lagoa Santa (Brasil),

3)        Huesos de una momia inca.

4)        Los restos más antiguos de la Patagonia chilena.

5)        Un diente de leche de 9.000 años de una niña, de la cueva Trail Creek en Alaska, los segundos restos humanos más antiguos.

Estas huellas, abarcan toda América, de Alaska a la Patagonia. Seis testimonios tienen una antigüedad mayor de 10.000 años.

Participaron en el estudio, como director de la investigación, el científico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Antonio Salas Ellacuriaga, además de expertos de Dinamarca, Canadá, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Armenia, Chile, Alemania y Suiza.

                                                                Resultados

Durante la existencia del puente terráqueo de la Beringia, hace unos 25,000 años, pobladores del extremo oriental de Asia, Siberia, poblaron ese territorio, en tránsito hacia América del Norte, proceso que se repitió hasta hace 13,000 años.

No obstante, la mayor parte de la variabilidad genética nativo – americana deriva del grupo ancestral que se asentó  en Alaska y en el territorio Yukón, aproximadamente 23.000 años atrás. Según el equipo encargado del trabajo, hace aproximadamente entre 17,500 14,600 años se produjo una división mayor en el Norte de América entre las gentes que daría lugar a los norteamericanos y los sudamericanos.

Antonio Salas Ellacuriaga, ha dicho que esta población se dividió “al menos en dos grupos: uno dio lugar a todas las poblaciones de nativos americanos que conocemos hoy en día y, el otro, permaneció en la región de Alaska, lo que hoy denominamos como antiguos beringianos”. Estos últimos no dejaron descendentes y “su existencia tan sólo se puede deducir del análisis del genoma de restos arqueológicos”.

El análisis de los Genomas indica que hace unos 14,000 años, parte de la población ya nativa, al avanzar hacia región de la Columbia británica, en Canadá, se dividió, alrededor del lago Big Bar. Una parte, se dispersó por el resto del Norte y otra avanzó hacia Mesoamérica y  Suramérica. Este fue un segundo período importante que completó la ocupación de todo el continente hacia el Sur, hasta la Patagonia, proceso que fue, “muy rápido y tuvo lugar, no de modo gradual, sino más bien a modo de pequeños saltos de colonización”, a decir de Salas Ellacuriaga.

La gran dispersión hacia el Sur se habría realizado durante los siguientes 8,000 años. La ocupación del Sur del América ocurrió por dos grandes rutas de migración, una a cada lado de los Andes.  En simultáneo, en el Norte de América también se mezclaron hace 9.000 años las poblaciones que dieron lugar a los norteamericanos y las que generaron a otros pueblos sudamericanos nativos.

Un tercer movimiento importante en el continente se inició en Mesoamérica hace 8,700 años atrás, con desplazamientos de poblaciones hacia el Norte, es decir hacia la Gran Cuenca, ubicada en el Nor Oeste de América del Norte.

Por otra parte, comenzó una segunda expansión poblacional hacia el Sur de América que daría lugar a la mayor parte de la variabilidad genética observada hoy en día en el Sur.

ADN fantasma

Salas, ha precisado que el estudio encontró evidencia de la existencia de un componente genético misterioso, de origen austral – asiático, más próximo a poblaciones australianas y de Nueva Guinea, con una antigüedad aproximada de 10.400 años.

Sobre ese hallazgo Salas ha afirmado: “Detectamos la existencia de un ADN fantasma que no sabemos cómo pudo llegar a América: se detecta en Brasil, es decir, en el lado Este de los Andes, ubicación que añade más misterio, aunque nuestra hipótesis es que procede del lado norteamericano”.

Los primeros pobladores de Suramérica,  probablemente llevaron consigo un componente austral-asiático en sus genomas”, aclara el investigador y añade: “Sabemos que esta señal genética está presente en Brasil 10.400 años atrás, aunque aún no hemos podido encontrar uno solo genoma más antiguo o más al norte de Laguna Santa con este componente”.

https://medicinaysaludpublica.com/noticias/general/estudio-devela-el-origen-genetico-de-la-poblacion-de-america/3625

 

4.    Ingresaron cuatro grupos migrantes, en diferentes etapas.

Fue el antropólogo francés Paul Rivet, quien propuso una “Teoría Oceánica”, o el origen múltiple del hombre americano, a través de cuatro oleadas migratorias denominadas, según su procedencia: mongólica, australiana, melanesio – malayo – polinesio y esquimal.

Mongólica. Los primeros en entrar habrían sido los antecesores de los mongoles y luego éstos,  a través del Estrecho de Bering, en tiempos remotos sucesivos. Los pre –  mongoles y los mongoles, por las características que los diferenciaban, evolucionaron, una vez en América,  física y culturalmente en forma distinta.

Australiana. La segunda gran ola habrían sido los australianos, hacia la Patagonia. Hay  similitudes físicas entre los cráneos australianos y de los patagones, el predominio del grupo sanguíneo “0” en ambos grupos y uso común de la cerámica, los cobertores de pieles animales, las chozas circulares de ramas, el uso de troncos ahuecados como canoas, y parecidas ceremonias religiosas. Rivet resaltó la analogía entre las lenguas patagónico – fueguinas y las australianas, las que contienen  vocablos similares para los mismos objetos. La ruta de este viaje debió seguir rumbo Sur hacia la región magallánica, remontando Tasmania, Auckland, Campbell y otras para arribar a la Península Antártica y de ahí a las islas del Cabo de Hornos. El investigador Mendes Correia afirmó que hace unos 8.000 años las condiciones climáticas favorables pudieron haber hecho posible tal recorrido.  

Melanesia – Malayo – Polinesio. La tercera migración hacia América fue de habitantes  de la Melanesia, de Malasia y de la Polinesia, lo que Rivet sustentó con  evidentes  analogías antropológicas, culturales y lingüísticas. Entre ellas, el tipo de cráneo dolicocéfalo, común entre nativos americanos y melanesios; el predominio del grupo sanguíneo “0”. Armas comunes como el atlatl o propulsor, cerbatanas, mazos, arcos y hondas. Uso común de morteros de madera, redes, mosquiteros, de instrumentos musicales como la trompeta de concha, la flauta de caña, el tambor de madera y membrana de cuero.  Idénticas técnicas de navegación con piraguas dobles, balsas de cañas. La preparación de bebidas alcohólicas con semillas, el cultivo de tubérculos como la batata; la amputación de los dedos en señal de luto, etc.

Esquimal. Fue la última ola migratoria desde Asia Nor Oriental, por Beringia.

                                                           Teorías colaterales

Aparte de las descritas, hay propuestas colaterales de poblamientos procedentes de Europa y África, a través del Atlántico.

Una de ellas es la llamada “Hipótesis solutrense”, sostenida en 1998 por  Dennis Stanford, del Instituto Smithsoniano y Bruce Bradley de la Universidad de Exeter. Esta teoría plantea que pobladores de la península ibérica pertenecientes a la cultura solutrense – desarrolladora durante el paleolítico superior, en Francia e Iberia, de nuevas técnicas de enmangue de herramientas líticas, de la aguja, del anzuelo de huesos y de arte rupestre – cruzaron el Atlántico a bordo de precarias embarcaciones,  gracias a la corriente marítima del Norte; desembarcaron en algún punto de América del Norte y dieron lugar a la cultura Clovis.     

Su base es el hallazgo, a fines del siglo pasado, del haplogrupo X (ADN mitocondrial), procedente de Eurasia Occidental, en nativos norteamericanos, el cual indicaría, por lo menos, una migración desde el Viejo Mundo, hace unos 15,000 años adp. Este fechado señala que habría sido contemporánea del poblamiento por la ruta del Pacífico que ya habían impulsado asentamientos de los “primeros americanos”.

Otra teoría es la de la migración forzada tardía de un grupo de militares cartagineses, celtas y sus familias, tras la caída de Cártago ante el imperio romano, a principios de nuestra era. A bordo de sus naves huyeron, primero hacia Las Canarias y de ahí bajaron hasta la corriente africana de Este a Oeste y fueron a dar en Recife,  la Costa Norte del Brasil, desde donde habrían penetrado al continente, siguiendo también por el Amazonas. Habrían llegado a los Andes orientales, en donde habrían dado origen a lo que se conoce hoy como la cultura Chachapoya.

Continuará…

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