viernes, 30 de septiembre de 2011


Aikido: el otro lado de mi vida.

Cada loco con su tema, hobby, pasatiempo. Hay varias maneras de llamar a la actividad reservada, personal, a veces aislada o en pequeños grupos que las personas realizan metódicamente con pasión, dedicación y perseverancia, llueve, truene o relampaguee.
En mi caso, además del periodismo,  mi  otro tema es el Aikido, un modo de defensa personal.
La pregunta común de los descreídos es:
"¿Para qué entrenas tanto,  qué temes?"
Y, las contradicciones más comunes son:
     "Más fácil, compra una pistola".
     "Uno de estos días te vas a romper la crisma o quizá varios huesos".
Las respuestas de folleto son:
"Todos los humanos deberían aprender a defenderse como aprenden a caminar".
"El entrenamiento consiste en prepararse física y mentalmente para aquella pelea que, ojalá, nunca tengamos que enfrentar".
"Hay que saber que construir una persona es difícil, pero destruirla es fácil".
"Es fácil dominar la lanza del rival; lo verdaderamente difícil es dominar nuestra propia lanza".
"La verdadera disuasión: no intentes arrancarme la piel, pues corres el riesgo de que te arranque el corazón".
Nunca me he puesto a pensar sobre la racionalidad de todo lo anterior. No obstante, de lo único que doy fe, en medio del ambiente de violencia social consuetudinaria en que vive el país,  es que con el Aikido, me siento bien.
Me inicié en el Karate Shotokan en 1980, en la academia Kanazawa, con los sensei César Ferreyra y Sadanori. Luego seguí en el Colegio de Cinturones Negros del Perú, con sensei Milles, con quien llegué a Primer Dan. Hoy, sigo entrenado técnicas del Shotokan por mi cuenta, paralelamente a las de Aikido, mientras que, como bien lo dice el propio Sensei Jorge Calderon (Quinto Dan Aikido Keitenkai), como un post grado bajo su dirección, sudamos la gota gorda tratando de perfeccionar nuestra destreza en  no más de seis letales técnicas de judo avanzado.
De modo que, según el calendario, llevo en estos menesteres treinta y un años...  

Video: Aikido defensa contra bate


¿Qué es el Aikido?
Se trata de un  sistema de combate cuerpo a cuerpo, a mano limpia, o contra oponentes armados con objetos contundentes, punzo-cortantes y hasta con armas de fuego de uso civil. Que quede bien claro: las llamadas armas largas de fuego son otro cantar.
Su diferencia con otras artes similares es que sus técnicas permiten al ejecutante graduar el daño a infligir al oponente, consisten en procedimientos de disuasión o, en algunos casos, de eludir al ataque.  
La mayoría tiene referencias  del Aikido, a partir de las primeras películas de Steven Segal, entre ellas “Nico”, de tema policial.
Segal, se preparó en Japón. Es séptimo Dan en Aikido, reconocido instructor en EEUU y domina otras destrezas conexas como Kenjustsu o el arte de la katana (sable japonés) y lucha con lanza y varas cortas y largas.

El creador
El gran maestro Morihei Ueshiba desarrolló el Aikido, entre los años de 1930 y 1960, a partir de su convicción acerca de que una genuina práctica  marcial  es el camino seguro hacia la armonía entre la conciencia humana y la energía universal. De allí que el vocablo Aikido es la unión de los conceptos japoneses textualizados en kanji,  AI: ARMONIA/ KI: ENERGIA/ DO: CAMINO, RUTA, lo cual se resume en "El camino de la armonía con la energía universal".
Ueshiba no fue un simple peleador. Fue un guerrero, quizá uno de los últimos samurái en el Japón moderno. Desde su juventud, dominó varias artes de pelea y  participó  en varias  guerras reales, en las que predominaba el combate cuerpo a cuerpo (manejo del sable o katana, de la  lanza, el cuchillo, atrape, sumisión, proyección, luxación o fractura del oponente).

Sensei Michío Kanai
El Aikido fue introducido en el Perú por varios maestros que meritoriamente serán recordados durante el III Encuentro Nacional de Asociaciones de Aikido (La VIDENA, 1 y 2 de octubre 2011).
Pero, en mi caso, reconozco como a mis maestros, en este orden: a los sensei HENRY ISHIBASI SAKI, JORGE CALDERON CASTILLO  y MICHÍO KANAI.



Sensei Kanai  es fundador en el Perú del estilo KEITEN KAI, mi estilo, mi escuela de Aikido. Él, es un japonés menudito, duro como una roca, flexible como la tela de una araña y letal como un escorpión.  Disciplinado al máximo, exigente como la Sunat e inflexible en la puntualidad y el respeto a la palabra empeñada. Respetuoso, franco y leal. Un  ejemplo a imitar.    
Sensei Kanai, actualmente en Japón, es un verdadero predicador del Aikido en ultramar: lo trajo al Perú y desde aquí lo llevó a Bolivia, a Italia y hasta Estados Unidos. Esta por regresar a Lima, en donde lo esperamos con los brazos abiertos. 

Herederos
Hoy, sus discípulos directos  suman más de cien y la saga de los practicantes de su estilo  son más de cuatrocientos, concentrados en mayor número en el dojo de la Asociación Peruano Japonesa del Perú, APJ -  Centro Cultural Peruano Japonés - , en Jesús María y en el club de Aikido de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 
Entreno en el dojo de la APJ  y allí también soy instructor; allí me encuentro conmigo mismo al borde del agotamiento y allí, por más que haya sido el día más negro de la vida (ya tuve varios y habrán más), al final de cada jornada el futuro adquiere otro rostro, el de la seguridad en el camino a seguir y  en una sólida  confianza en uno mismo para enfrentar  el presente cuando de nuevo salga el sol.



No hay comentarios:

Publicar un comentario